7/14/2014

DESCONSTRUCCIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO

El cuidado y preservación de nuestro patrimonio cultural debe ser una prioridad para cualquier administración –sin importar en la línea política en la que esté– y sociedad en general. Las identidades locales y regionales se constituyen y refuerzan a través de los símbolos, figuras representativas, tradiciones que sirven de elementos referenciales fundamentales para la conservación  de nuestro patrimonio. La destrucción de nuestro patrimonio va a generar por lo tanto la falta de identidad.  
En este sentido el centro histórico de Sígsig ha sufrido una serie de alteraciones producidas principalmente por la errónea concepción de desarrollo a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico; todo esto sostenido básicamente por los intereses privados. Por ende, gran parte de las acciones que destruyen nuestro patrimonio se debe a la acción humana, a la torpeza y a la indiferencia que se origina fundamentalmente, por la ignorancia.
El centro histórico ha sido sometido a cambios constantes, por ejemplo en décadas anteriores se realizó un saqueo a todo el ornamento del Santuario de Tudul a pretexto de brindarnos un toque de modernidad, los gestores de esta “magnífica obra” en la actualidad no se han pronunciado, y en su lugar nos obsequiaron un monumento frio ¿A dónde iría a parar este grandioso altar de pan de oro?; en otro escenario, se permitió a vista y paciencia de todos derribar la antigua iglesia de San Sebastián, (hoy solo quedan recuerdos de ella), y no se realizó ningún intento por salvar un verdadero monumento arquitectónico símbolo de la grandeza y dedicación de los sigseños. Otro caso y que trae mucha nostalgia de los recuerdos de aquellos días, es el tan recordado teatro salesiano, en donde ninguna alma se compadeció por mantener un sitio de tanto historia y anécdotas.   
En la actualidad, se han realizado una serie de intervenciones en las viviendas que rompen el verdadero valor arquitectónico; en mucho de los casos, viviendas que están es proceso de deterioro por el abandono o el que importismo de los propietarios, en otros casos se han demolido las viviendas y en su lugar se han colocado barreras de tablas; a más de esto, la constante agresión visual por la colocación de letreros publicitarios y la intromisión de vehículos pesados, que no respetan a los transeúntes.
Todo esto ha generado gran polémica entre la población que de continuar así, la calidad y autenticidad de nuestro patrimonio edificado desaparecerá con el pasar de los días.   
El mensaje es conocido: si queremos construir una sociedad mejor debemos entender nuestro pasado, partir de las fuentes de nuestra cultura, revitalizar nuestros valores, para poder proyectarnos hacia el futuro.