10/01/2013

SIGSIG Y SU PATRIMONIO


“…Aunque los años pasan, todo parece eterno,
El viejo reloj de Tudul, el parque de la verbena…
aún vive en sus callejas una vida muy amena
de embrujados domingos, con corbata, pañuelo y terno.
eres porción sublime de parejas lujuriantes,
de techumbres sonrojadas, erguidas sobre maderos
y un crujir de los tiempos en tus plazas y senderos
decorados de vergeles doncellas subyugantes…”

Raúl Segarra I.     

Sigsig es un canton privilegiado por el gran valor cultural que posee, es por esto que el 19 de agosto del 2002 fue declarado Patrimonio Cultural del Ecuador, y este mes de octubre por medio de una ordenanza nos aprestamos a festejar un año más de dicha declaratoria. Sin embargo todavia existen personas que se preguntan que es eso de patrimonio. E aquí una pequeña reflexión.
El patrimonio cultural es el conjunto de creaciones realizadas por un pueblo a lo largo de su historia, el cual se expresa en objetos muebles e inmuebles, que incluye; los monumentos y manifestaciones del pasado (sitios y objetos arqueológicos, arquitectura colonial y republicana, documentos y obras de arte, entre otros), y lo que se llama patrimonio inmaterial que según la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, el patrimonio cultural inmaterial (PCI) "es el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente"
Es muy importante entender que el patrimonio cultural no es el amontonamiento de lugares y cosas "viejas", pasadas de moda y que no tienen valor. O, por lo contrario, que sólo lo "bonito", de material noble y piedras preciosas tienen valor. Todos y cada uno -aún de los bienes que componen el patrimonio material e inmaterial son necesarios para comprender el pasado, y este es importante porque nos da ejemplos, experiencias y argumentos, para gran parte de las decisiones que hacemos en el presente; al mismo tiempo, nos permite crear un sentido de identidad, de pertenencia y una razón más para vivir y trabajar por nuestra familia, localidad, región y nación.
En otras palabras el patrimonio constituye un testimonio irrepetible e irrenunciable que estimula el sentimiento colectivo de satisfacción creativa, prestigioso pasado, identidad y pertenencia a la comunidad. Es una prueba evidente de la existencia de vínculos con el pasado, alimenta siempre en el ser humano una sensación reconfortante de continuidad en el tiempo y de identificación con una determinada tradición. Se debe considerar que el patrimonio ayuda al reforzar la identidad de nuestro cantón, cohesionando sus habitantes en base a una memoria histórica colectiva y la conciencia de pertenecer a un territorio que reconocemos como propio.
El Patrimonio no es un conjunto de edificios o de objetos inanimados que basta con proteger del deterioro del tiempo. Los edificios y objetos, interesan precisamente porque tienen una historia que contar, son el legado que nos permite “visualizar” nuestra historia, comprender nuestros orígenes y fortalecer nuestra identidad. Hay muchas personas, sin embargo, que no comprenden bien la idea de modernidad y piensan que es más importante construir una carretera que conservar un sitio arqueológico; que sería bueno ampliar la iglesia demoliendo una capilla antigua para reemplazarla por un edificio de concreto; o que no ven la finalidad de guardar viejos documentos que ocupan demasiado espacio. Estas y otras conductas parecidas son un error gravísimo que produce daños irreparables. Por ejemplo en nuestro centro histórico se realizó un saqueo a todo el ornamento del Santuario de Tudul a pretexto de brindarle un toque de modernidad, los gestores de esta “magnífica obra” se llevaron todo el pan de oro que recubría el atrio de esta iglesia y nos obsequiaron un monumento que no atrae la atención de nadie. ¿A dónde iría a parar este grandioso altar de pan de oro?; en otro escenario se permitió a vista y paciencia de todos derribar la antigua iglesia de San Sebastián, (hoy solo quedan recuerdos de ella), y no se hizo ningún intento por salvar un verdadero monumento arquitectónico símbolo de la grandeza y dedicación de los sigseños. Otro caso y que trae mucha nostalgia de los recuerdos de aquellos días, es el tan recordado teatro salesiano, en donde ninguna alma se compadeció por mantener un sitio de tanto historia y anécdotas.  
Todas estas actitudes negativas no hacen sino empobrecer el patrimonio que nos pertenece a todos y destruir una información imposible de recuperar. no hay que olvidar que el patrimonio tiene dos rasgos: su fragilidad y su irreversibilidad.
Si perdemos el legado cultural, es decir nuestra memoria colectiva, no solo perdemos nuestra identidad como cantón, sino que también perdemos nuestro futuro.
La conservación no solo pretende salvar testimonios históricos o estéticos, comprensibles solamente para una minoría, sino también el permitir que la población en general pueda realizar una fácil comparación entre lo anterior y lo actual.
Debemos tener presente, además, que mucho de lo que ahora se crea y produce enriquecerá nuestro patrimonio en el futuro, por lo tanto, debemos prestar especial atención a la calidad y sentido de lo contemporáneo.