11/13/2014

El Sígsig de ayer; Identidad y Memoria



Entendemos por Patrimonio Cultural el legado a través del cual un pueblo se reconoce a sí mismo, en su propia identidad, en su memoria colectiva y rasgos históricos y sociales singulares. Dentro de este concepto hay dos aspectos: el del patrimonio material o físico, que se refiere a edificios, lugares y objetos; y el del patrimonio inmaterial, que alude a valores, creencias, símbolos y representaciones: así, la asignación de valor sobre las que se objetiva la definición y existencia de los bienes culturales, tanto del patrimonio material como del inmaterial, son el resultado de la perdurabilidad en el tiempo de procesos intersubjetivos de intercambio de prácticas sociales, según un patrón de identidad cultural siempre tributario de la cultura de referencia.
En suma, cada cultura genera su propio sistema de valores o patrón de asignación de sentido que es en cada caso, lo que determina la existencia de un bien del patrimonio cultural. Dicho esto, el Patrimonio Cultural de Sígsig está constituido por todos los bienes materiales e inmateriales que, por su valor y significado arqueológico, arquitectónico, histórico, artístico, antropológico, religioso, etnológico, científico, tecnológico y bibliográfico, son importantes para la identidad y permanencia del cantón a través del tiempo. Sin embargo, en Sígsig como en muchos otros lugares el manejo y la gestión del patrimonio ha estado vinculado al patrimonio arquitectónico, razón por la cual el patrimonio cultural inmaterial ha sido constantemente ignorado en su relación con el espacio físico, ocasionando la pérdida irreparable de la memoria que la comunidad tiene.
Desde esta perspectiva de la memoria; la fotografía se convierte en un elemento clave para mirar a través del tiempo, lo que fue capturado por un lente, que a mas de la imagen retratada, nos permite acercarnos a los intereses del fotógrafo y, desde esas miradas particulares, entender los intereses de una época determinada. Es así que la fotografía no solamente constituye un objeto con el que se obtiene un goce estético, lúdico, didáctico, etc., sino que es un soporte para la memoria, ya que su fuerza y atractivo reside en su capacidad técnica de suspender el tiempo y centrar el espacio en un instante, el mismo que nos permite recordar constantemente todos aquellos hechos que nos hemos esforzado en memorizar mediante la lectura; además posee un valor polisémico, pues como fenómeno complejo es un crisol en el que se funden múltiples valores y funciones; de allí el gran valor de los testimonios fotográfico para rearmar la memoria colectiva y fomentar el sentido de identidad.
Partiendo de estoEl Sígsig de ayer; Identidad y Memoria”, es una nueva propuesta en la que estamos trabajando; cuyo objetivo es recopilar la mayor cantidad de fotografías de Sígsig del pasado con la intención de nutrir la historia y reafirmar la identidad como memoria social, ya que al revisar las imágenes podemos trasladarnos imaginariamente al lugar donde ocurrieron los acontecimientos, donde se encontró el objeto que dejo su huella en la imagen fotográfica y donde se produjo el encuentro que jamás volverá a repetirse.
Por esta razón solicitamos de la manera más comedida a todas las personas que tienen en sus archivo este importante documento nos ayuden, para un futuro no lejano poder compartir esta información con los más pequeños y poder acercar mas a su pueblo que los vio nacer.  


 
Comunero de Sigsig: Foto Vicente Coronel

Foto Don Tobías León

Visita del presidente Velazco Ibarra en el periodo de Raquel Samaniego. Foto Vicente Coronel

Bomberos de Sígsig. Foto Sr. Jorge Cardenas



10/13/2014

UNA PRUEBA MÁS PARA DECIR QUE EL CHUNUCARI ES DE PROCEDENCIA KAÑARI


El Sol de Oro o Chunucari, como lo conocemos en nuestro medio, es una lámina de oro de 21 quilates y pesa 284,4 gramos; martillada y repujada con distintivos céfalo-antropomorfos de 60x40 centímetros de tamaño, orlado de 46 rayos ofídicos en todo su esplendor, que terminan en una serpiente que sostiene una cabeza de trofeo en la boca. En la actualidad esta pieza reposa en el Museo Nacional.   
A pesar de su importancia, tiene una historia bastante controvertida que ha generado diversas especulaciones respecto a su filiación cultural y a su verdadero lugar de hallazgo.  
Durante estas últimas décadas se han generado varios ensayos que tratan de resumir el debate, unos con más tendencia de reclamo que otros. Al respecto, existen dos puntos de vista: La primera; los que sostienen que pertenece a la cultura Tolita, y la segunda; los que defienden la procedencia kañari. En esta última, Guillermo Segarra Iñiguez durante años disputó la filiación Tolita asignada, y reclamó a la cultura kañari el mérito de la pieza. Posteriormente Ernesto Salazar, hizo eco del reclamo al tratar  en su libro “Entre Mitos y Fábulas”. A inicios de 1990; la investigadora Karen Olsen Bruhns con mayor argumentación documental y sobre todo a base de un análisis estilístico, en su estudio titulado “Huaquería, Procedencia y Fantasía: Los soles de oro del Ecuador” vinculó al Chunucari con la iconografía de los Andes Centrales -de Chavín a Wari-, y adoptó la bandera de lucha kañari y reivindicó el origen del Sol de Oro como azuayo. En el 2012, se realizó un pequeño estudio titulado “Chunucari; Origen, Historia e Identidad Sigseña” en el que básicamente se trató de dilucidar la polémica generada y argumentar con datos históricos e iconográficos la tesis de que el Chunucari es de procedencia kañari.     

Existen muchas evidencias para decir que el Sol de Oro es de procedencia kañari (sector Chunucari), una de ellas es la gran influencia ideológica y estilística de las culturas del Perú, que estuvieron presentes en el austro ecuatoriano hace más de 1500 años, la misma, que se ve reforzada por la serie de hallazgos que se realizaron de tumbas precolombinas en la zona, pues los registros históricos de encuentros cuantiosos de orfebrería prehispánica dan primacía al área comprendida entre Chordeleg y Sígsig. Por ejemplo y como dato que complementa nuestra hipótesis, es la orejera encontrada en una tumba de Sígsig, la misma que fue trabajada en Oro laminado, recortado, soldado y ensamblado con incrustaciones de cuentas de concha spondylus. es un testigo más del contacto de la Sierra ecuatoriana con las regiones peruanas, pues tiene una similitud con la orejera encontrada en 2012 en una tumba intacta que albergaba los entierros de cuatro reinas o princesas huaris. Recordemos que los huaris emergieron del anonimato en el valle de Ayacucho y alcanzaron su esplendor alrededor del siglo VII d.C.


Orejera de Sígsig
 
Orejera huari
                 Nótese la similitud de la orejera de Sígsig, con el objeto de la cultura Huari.

Los diseños de la metalurgia de los dos pueblos aparece la figura del “ángel”; al respecto, Karen Bruhns manifiesta que las figuras de ángeles con cabezas humanas, de pájaros o mamíferos, por lo común representados de perfil o corriendo, son distintivos de la iconografía de la cultura Huari. 
A raíz de estas evidencias se puede decir que los kañaris, desde hace muchos años, mantuvieron un activo intercambio cultural con las culturas del norte del Perú; por tanto el arte kañari tuvo gran influencia ideológica y estética de las culturas del norte del Perú y por ende el Chunucari, importante símbolo Nacional tiene su origen en el cantón Sígsig.   

9/12/2014

OCTUBRE MES DE LA CULTURA Y PATRIMONIO

En el mes de octubre estamos prestos a celebrar un año más de la declaratoria de Patrimonio Cultural, sin embargo es necesario entender ¿qué es el patrimonio cultural?, pues muchas personas tienen una percepción equivocada en torno a este tema, ya que consideran como patrimonio cultural sólo los viejos edificios que se encuentran en el centro histórico; claro que éstas, nos sirvió para que en el 2002 seamos reconocidos como Patrimonio Cultural del Ecuador.
Es importante apuntar que un año después, el 17 de octubre de 2003, la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO–, en su trigésima segunda reunión celebrada en Paris aprobó la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, considerando entre otros aspectos, que el Patrimonio Cultural Inmaterial –PCI–  refleja la diversidad cultural y su salvaguardia promueve el respeto a la diferencia, al tiempo que garantiza el desarrollo sostenible de los pueblos. Dicha convención entró en vigor el 20 de abril de 2006 y a la fecha cuenta con 134 Estados Partes. Nuestro país es signatario y depositó los instrumentos de ratificación en febrero de 2008.
Con estos antecedentes, es necesario que la colectividad sigseña cambie su forma de concebir el patrimonio cultural y perciba como el legado a través del cual un pueblo se reconoce a sí mismo, en su propia identidad, en su memoria colectiva y rasgos históricos y sociales singulares.
Dentro de este concepto hay dos aspectos: el del patrimonio material o físico, que se refiere a edificios, lugares y objetos; y el del patrimonio inmaterial, que alude a valores, creencias, símbolos y representaciones; Así, las asignaciones de valor sobre las que se objetiva la definición y existencia de los bienes culturales, tanto del patrimonio material como del inmaterial, son el resultado de la perdurabilidad en el tiempo de procesos intersubjetivos de intercambio de prácticas sociales, según un patrón de identidad cultural siempre tributario de la cultura de referencia. En suma, cada cultura genera su propio sistema de valores o patrón de asignación de sentido que es, en cada caso, lo que determina la existencia de un bien del patrimonio cultural. 
En suma, Sígsig es patrimonio cultural por todos estos bienes materiales e inmateriales, y debemos trabajar juntos para empoderarnos de nuestra riqueza cultural. 

 

8/12/2014

IDENTIDAD CULTURAL Y PATRIMONIO

Los habitantes de Sígsig han ido construyendo su identidad cultural a través de sus formas de vida y de producción, de sus relaciones con la naturaleza y con la sociedad, de su concepción del mundo y de sus prácticas sociales y religiosas.
La identidad en las formas de producción se manifiesta en el trabajo combinado de la agricultura y la artesanía, una agricultura de autoconsumo y una artesanía comercial. Esa ha sido la forma tradicional de producir del habitante sigseño y, en general, del habitante del Azuay. Por otro lado, la concepción del mundo y la manera de relacionarse con la naturaleza y con un ser supremo, son parte de nuestra identidad. Al respecto, el Sígsig se caracteriza por ser un pueblo profundamente religioso que celebra con fervor las festividades en honor a los santos patronos de las parroquias. En su honor se han construido iglesias, capillas, altares, muchas de ellas de valor patrimonial; para las imágenes se han fabricado coronas y adornos de oro, plata y piedras preciosas de gran valor artístico; se han confeccionado delicadas casullas y demás ornamentos sagrados para uso de los sacerdotes en los oficios religiosos que forman parte del arte religioso y constituyen bienes patrimoniales. 
Todas estas formas de producción y modos de vida de la sociedad sigseña forman parte de la identidad cultural y de su riqueza patrimonial que se ha ido enriqueciendo y acrecentando con el tiempo. Son estas manifestaciones y expresiones las que deben ser preservadas mediante un manejo integral del patrimonio cantonal.
En esta perspectiva, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural Regional 6, en coordinación con el GAD Municipal de Sígsig, ejecutaron el proyecto “Manejo integral del patrimonio cultural material e inmaterial del cantón Sígsig”, para integrar los aspectos socioeconómicos al análisis del patrimonio ya que se consideró al patrimonio como construcción social, fruto de la dinámica cultural local cargada de significados que han prevalecido en el tiempo y que constituyen el patrimonio del cantón. Este patrimonio material e inmaterial, junto con el patrimonio natural, constituyen el valor más preciado de la sociedad que hay que preservarlos.
Ahora, esperamos que es esta nueva administración asuma con responsabilidad estas nuevas competencias que sobre los bienes patrimoniales adquierieron, con la promulgación del COOTAD.

7/14/2014

DESCONSTRUCCIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO

El cuidado y preservación de nuestro patrimonio cultural debe ser una prioridad para cualquier administración –sin importar en la línea política en la que esté– y sociedad en general. Las identidades locales y regionales se constituyen y refuerzan a través de los símbolos, figuras representativas, tradiciones que sirven de elementos referenciales fundamentales para la conservación  de nuestro patrimonio. La destrucción de nuestro patrimonio va a generar por lo tanto la falta de identidad.  
En este sentido el centro histórico de Sígsig ha sufrido una serie de alteraciones producidas principalmente por la errónea concepción de desarrollo a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico; todo esto sostenido básicamente por los intereses privados. Por ende, gran parte de las acciones que destruyen nuestro patrimonio se debe a la acción humana, a la torpeza y a la indiferencia que se origina fundamentalmente, por la ignorancia.
El centro histórico ha sido sometido a cambios constantes, por ejemplo en décadas anteriores se realizó un saqueo a todo el ornamento del Santuario de Tudul a pretexto de brindarnos un toque de modernidad, los gestores de esta “magnífica obra” en la actualidad no se han pronunciado, y en su lugar nos obsequiaron un monumento frio ¿A dónde iría a parar este grandioso altar de pan de oro?; en otro escenario, se permitió a vista y paciencia de todos derribar la antigua iglesia de San Sebastián, (hoy solo quedan recuerdos de ella), y no se realizó ningún intento por salvar un verdadero monumento arquitectónico símbolo de la grandeza y dedicación de los sigseños. Otro caso y que trae mucha nostalgia de los recuerdos de aquellos días, es el tan recordado teatro salesiano, en donde ninguna alma se compadeció por mantener un sitio de tanto historia y anécdotas.   
En la actualidad, se han realizado una serie de intervenciones en las viviendas que rompen el verdadero valor arquitectónico; en mucho de los casos, viviendas que están es proceso de deterioro por el abandono o el que importismo de los propietarios, en otros casos se han demolido las viviendas y en su lugar se han colocado barreras de tablas; a más de esto, la constante agresión visual por la colocación de letreros publicitarios y la intromisión de vehículos pesados, que no respetan a los transeúntes.
Todo esto ha generado gran polémica entre la población que de continuar así, la calidad y autenticidad de nuestro patrimonio edificado desaparecerá con el pasar de los días.   
El mensaje es conocido: si queremos construir una sociedad mejor debemos entender nuestro pasado, partir de las fuentes de nuestra cultura, revitalizar nuestros valores, para poder proyectarnos hacia el futuro.    

6/24/2014

FESTIVAL DE LA CHICHA

“El maíz, la vida y la dicha de Jima”

La primera semana de Octubre, en la parroquia Jima del cantón Sígsig, se desarrolla las festividades en honor a la Virgen del Rosario, patrona del lugar. Entre los objetivos de los habitantes y autoridades de la parroquia al organizar dichas festividades está el conservar la tradición y costumbres que han identificado por años a esta importante localidad azuaya; pero a su vez, resaltar estas celebraciones religiosas como un elemento para impulsar el turismo. Es así que hace 25 años se tuvo la genial idea de llevar a cabo el primer festival de la chicha con el fin de recuperar y difundir las tradiciones autóctonas.
La Chicha ha sido y es hoy en día la bebida insigne de la región andina, que está presente en cada uno de los eventos que se programan, pues se celebra con chicha, chicha y más chicha.
El festival de la chicha, (aswa en kichwa), es, sin dudas, el evento que compromete en su organización a toda la parroquia de Jima. Grandes y chicos son partícipes imprescindibles en cada detalle para que la fiesta tenga un brillo notorio.
Las chicheras desde muchas semanas antes comienzan sus tareas que requieren del apoyo familiar, ya que han entendido que el festival es suyo y aportan ideas, trabajo y principalmente su tiempo en beneficio del festival. Es indudable que de este modo el evento cumple una función social indiscutible y contribuye a la difusión de las bondades culturales y turísticas de este pueblo bendecido por un legado histórico indiscutible.
El festival de la chicha se caracteriza por la elección de la mejor chicha, concurso del cántaro más antiguo, en el cual se premiará a los propietarios de restos arqueológicos incas o cañaris, elección de la sara ñusta, festival de danzas, gastronomía y más eventos culturales, y sobre todo porque es patrimonio cultural de la parroquia de Jima.
Durante este evento los visitantes podrán degustar gratuitamente la chicha preparada por los pobladores de la parroquia. Por todo esto Jima espera por ti. 

 

 

 

 

 

6/17/2014

Sombrero de paja toquilla


“Una forma de vida”
Lo llaman Panamá Hat; pero nació en Ecuador. Para explicar la confusión sobre la procedencia hay que remontarse a finales del siglo XIX, cuando arrancó la construcción del Canal de Panamá. Entonces, se exportaron desde Guayaquil más de 50.000 sombreros para que los obreros se protegieran del sol. La ligereza y frescura que proporcionaba la planta con la que se hacían (una especie de hoja de palma de tallos largos y hojas tiernas) eran perfectas para soportar tantas horas a la intemperie. Es lo que pensó el presidente Roosevelt en la inauguración del Canal en 1914, cuando no dudó en colocarse; y ya no hubo forma de cambiar el nombre. 
El sombrero de paja toquilla tiene una historia que se remonta a la época prehispánica. Con la llegada de los españoles, les hicieron gracia esos curiosos gorros con forma de «alas de murciélago». Así quedó dicho en las crónicas. Hasta que decidieron llamar a la planta de la que salían Carludovica Palmata, en honor a Carlos IV. Sin embargo, en el día a día, el nombre fue otro: «tocas», por los tocados ibéricos. De ahí, lo de paja toquilla, como insistimos los ecuatorianos.
Ahora bien, una de las inquietudes que tenemos es ¿desde cuándo se empezó a tejer el sombrero de paja toquilla en Sígsig? Presumimos que esta actividad debió iniciar a principios del siglo XIX, sin embargo, el dato que disponemos es que, para 1864, el 12,9 % de la población activa masculina y el 6,4 % de la femenina se ocupaba en tejer sombrero. Con el transcurso del tiempo, a finales del siglo XIX e inicios del XX esta actividad experimentó una expansión sin precedentes, producto de la crisis agrícola que sufrió la provincia del Azuay, originada por la prolongada sequía y por el auge que tuvo el sombrero por la apertura del canal de Panamá.   
El Gobernador de la Provincia del Azuay para la primera década del siglo XX nos presenta el siguiente cuadro con respecto a los artesanos toquilleros en los cantones de la provincia.
Cantón
Hombres
Mujeres
Total
Gualaceo
70
26
96
Paute
13
5
18
Cuenca y sus alrededores
620
860
1480
Sígsig
730
640
1370






Un dato curios de acuerdo a este cuadro: la mayor parte de la fuerza obrera en el tejido de paja toquilla era masculina, en el caso de Sígsig, representada por 730 hombres, frente a 640 mujeres.
La producción y exportación del sombrero tuvo peso significativo hasta la mitad del siglo XX; producto de la crisis que originó la segunda guerra mundial cayó la economía, provocando una ola migratoria temporal o definitiva a la Costa especialmente El Oro y Guayas; y al Oriente por lo general Gualaquiza, Chigüinda y Zamora; incorporándose como trabajadores agrícolas en la Costa y mineros en el Oriente. Posteriormente las siguientes décadas estarán marcados por los cambios de la reforma agraria y la apertura de nuevas rutas migratorias al Oriente impulsadas por los planes de colonización que generaron los gobiernos y sobre todo por la migración fuera del Ecuador.
En consecuencia, fueron las mujeres quienes se hicieron cargo del hogar y siguieron con la elaboración del sombrero, cuando los quehaceres domésticos, o las faenas agrícolas dejaban las manos libres, permitiendo de esta manera, tener un ingreso para la subsistencia de la economía familiar y local. 
En la actualidad es normal ver por las calles del cantón mujeres tejiendo el tradicional sombrero de paja toquilla, porque ése es su nombre real. Y con el que entró, en 2012, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco por su elaboración manual transmitida de generación en generación. Una «justicia histórica».



6/11/2014

ALFONSO GUAMÁN


“El mishmiringo”

Soy Alfonso Guamán, bien conocido,
En todos los rincones de mi tierra;
Y nadie sabe dónde yo he nacido,
Ni los secretos que mi vida encierra

Se dice que asomó en Sígsig por el año de 1920 ante la curiosa mirada de mujeres y hombres que dejaron sus labores cotidianas para mirar al desconocido de piel rugosa y mestiza, de estatura pequeña y con un notorio sentimiento militar, pues al saludar se cuadraba y rugían sus botas grandes y pesadas.
Nadie sabe en qué punto nació… ¿quién le puso el nombre…? Otro problema; Sin embargo, con el pasar de los años, este singular personaje se fue adentrando en el corazón de los sigseño; siempre estaba presto a cualquier mandato, fiel cumplidor a las leyes y normas de aquel entonces; ensayó en su andar lento el oficio de cartero, repartía la correspondencia en las diferentes familias aún sin saber leer ni escribir, su único conocimiento era la enciclopedia de valores y principios; un simple hombrecillo de pueblo, ingenuo pero sincero.
Alfonso Guamán, tiene una relevancia especial, acostumbraba a cerrar las puertas y ventanas de las viviendas para evitar que los dueños de lo ajeno entre; una mueca o seña lo hacía reír sin límite al decir “mishmiringo” seguido de muchachos que descubrieron la forma de alegrar a nuestro personaje, cuentan algunas personas que el corazón de Alfonsito arrullo amor a ciertas damas de Sígsig, algo que fue aprovechado por los jóvenes de aquel tiempo, quienes gastaban en flores y regalos haciéndole creer que era correspondido, pobre Alfonsito lloraba al ver las damas de su corazón casándose con otros.
Nuestro gran amigo inconfundible por su gran recorrido en las mentes y vivencias de los sigseños se despide de este gran horizonte a los sesenta y más años de vida.

6/02/2014

EL LEGENDARIO DUMA


Poco se sabe de su nacimiento, niñez y adolescencia, sólo a través de la especulación, se han reconstruido un parentesco y actualmente se encuentra emplazado en un monumento en el parque central.  

Sin embargo, hay que reconocer que Duma pertenecía a la nobleza y fue un aguerrido guerrero defensor de la causa confederada de lo contrario difícilmente habría llegado a ocupar las posiciones que mantenía para enfrentar al ejército Inca.

Las primeras referencias que disponemos del cacique Duma es la que narra Montesinos; sobre la invasión de los cuzqueños al territorio kañari; según esta crónica, fue el mismo Duma quien organizó la resistencia apoyado por las gentes de Macas, Quizna y Pomallacta, que rechazaron a los cuzqueños al territorio Palta antes de someterse.

Más o menos un siglo después de esta “heroica” batalla, en la fundación de Cuenca (1557) aparece como kuraka de Sígsig Don Juan Dumma el mismo que dio el asentimiento junto a otros kurakas, para que Gil Ramírez Dávalos fundara la ciudad de Cuenca, para Octavio Cordero Palacios se trataría del hijo del gran kuraka Dumma quien hizo retroceder al Inka Túpak Yupanqui. A partir de estos sucesos a inicios de la colonia los españoles reconocieron y exaltaron a varios caciques kañaris como por ejemplo Pisar Cápac (de Puesar), Cañar Cápac, Chica Cápac, Juan Duma y Lorenzo Duma del Sígsig, Hernando Leopulla y don Diego de Tutusí.

Guillermo Segarra distinguido historiador sigseño le ha considerado como el "defensor de la nacionalidad cañari" por ser un personaje luchador con coraje, valentía y patriotismo.

Sería importante que se realice una investigación histórica en torno a este personaje  para que se declare héroe nacional, al igual que lo es Rumñahui. Mientras tanto, la nueva administración debería considerar un día especial para recordar a la personalidad de Duma como un héroe y defensor de los indígenas de la confederación cañari instaurando el "Día de Duma".