8/20/2015

Sígsig, 19 de agosto de 2015


Un año más de la declaratoria de Patrimonio Cultural del Ecuador

 “Preservar el patrimonio cultural es preservar la Memoria Colectiva, para un digno futuro garantizado con identidad y calidad de vida”. Son ya varios años que se ha trabajado en post de la protección del Patrimonio Cultural, pues creo importante protegerlo porque éste conlleva la memoria colectiva que, como sigseños, tenemos el derecho y el deber de conservar a fin de preservar nuestra identidad histórica y cultural, y así garantizar un digno futuro.
Sin embargo, en el trayecto de nuestro trabajo constatamos que un importante sector de la sociedad sigseña ha expresado su malestar en el ámbito del patrimonio cultural; no porque están en contra o quieren que se quite el título de Patrimonio, sino más bien, se debe, a que no existe la apertura necesaria por parte de los entes competentes y políticas claras en torno al manejo del patrimonio Cultural.
Las prohibiciones y la serie de peros que se ponen, van más allá de la realidad en la que viven los propietarios, a sabiendas que las condiciones que presentan las viviendas reconocidas como patrimonio Cultural, no contribuyen a solucionar los problemas de desigualdad y de un buen vivir, generando impactos en el hábitat familiar y colectivo. Al darse, estas y otras limitantes, existe en las personas la absurda concepción de justificar que el patrimonio cultural no permite el progreso; Creemos que el progreso no es simplemente modernizar escenarios; tampoco es derrumbar indiscriminadamente para levantar nuevas edificaciones más baratas en tecnología, tiempo y mano de obra, sin respetar la historia ni el legado brindado brindado por los ancestros de una localidad.
Hacemos presente la necesidad de aumentar los estándares de calidad y superficie de la vivienda, pensando en una vivienda digna y justa. La recuperación del patrimonio como fuente de identidad y sustentabilidad urbana, la construcción de un tejido urbano armónico acorde con los distintos modos de vida y la construcción de una ciudad ética en contraposición a la ciudad de la especulación. Generar políticas patrimoniales a nivel local, basadas en las normativas nacionales, con la participación de la ciudadanía, se puede conseguir lo planteado.
Es necesario contextualizar el patrimonio cultural con la realidad concreta en la cual se manifiesta, con los modos de vida de sus actores, con sus concepciones del mundo, con sus formas de relacionarse con la naturaleza, con sus prácticas organizativas que van generando identidades que perviven en el tiempo y que constituyen la base del patrimonio material e inmaterial que se debe conservar como una parte esencial de la memoria histórica de Sígsig.

 

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