Un año más de la
declaratoria de Patrimonio Cultural del Ecuador
“Preservar el patrimonio cultural es
preservar la Memoria Colectiva, para un digno futuro garantizado con
identidad y calidad de vida”. Son ya varios años que se ha trabajado en post de
la protección del Patrimonio Cultural, pues creo importante protegerlo porque
éste conlleva la memoria colectiva que, como sigseños, tenemos el derecho y el
deber de conservar a fin de preservar nuestra identidad histórica y cultural, y
así garantizar un digno futuro.
Sin
embargo, en el trayecto de nuestro trabajo constatamos que un importante
sector de la sociedad sigseña ha expresado su malestar en el ámbito del
patrimonio cultural; no porque están en contra o quieren que se quite el título
de Patrimonio, sino más bien, se debe, a que no existe la apertura necesaria por
parte de los entes competentes y políticas claras en torno al manejo del
patrimonio Cultural.
Las prohibiciones y la serie de peros que se
ponen, van más allá de la realidad en la que viven los propietarios, a
sabiendas que las condiciones que presentan las viviendas reconocidas como
patrimonio Cultural, no contribuyen a solucionar los problemas de desigualdad y
de un buen vivir, generando impactos en el hábitat familiar y colectivo. Al darse,
estas y otras limitantes, existe en las personas la absurda concepción de
justificar que el patrimonio cultural no permite el progreso; Creemos que el progreso no es
simplemente modernizar escenarios; tampoco es derrumbar indiscriminadamente
para levantar nuevas edificaciones más baratas en tecnología, tiempo y mano de
obra, sin respetar la historia ni el legado brindado brindado por los ancestros
de una localidad.
Hacemos presente la necesidad de aumentar los
estándares de calidad y superficie de la vivienda, pensando en una vivienda
digna y justa. La recuperación del patrimonio como fuente de identidad y
sustentabilidad urbana, la construcción de un tejido urbano armónico acorde con
los distintos modos de vida y la construcción de una ciudad ética en
contraposición a la ciudad de la especulación. Generar políticas patrimoniales a nivel local, basadas en las
normativas nacionales, con la participación de la ciudadanía, se puede
conseguir lo planteado.
Es necesario contextualizar el patrimonio
cultural con la realidad concreta en la cual se manifiesta, con los modos de
vida de sus actores, con sus concepciones del mundo, con sus formas de
relacionarse con la naturaleza, con sus prácticas organizativas que van
generando identidades que perviven en el tiempo y que constituyen la base del
patrimonio material e inmaterial que se debe conservar como una parte esencial
de la memoria histórica de Sígsig.
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