“Cuando asomamos nuestra cara al recuerdo, las imágenes de las cosas vividas se reeditan en las mentes como queriendo ser rescatadas del pasado” (Guillermo Ortega +.)
Por los años setenta del siglo pasado un lunes cuando las fiestas de cantonización, festival de la manzana, elección de la reina, elección de la cholita, ya se habían terminado, un grupo de jóvenes entre los que se encontraban Don Tobías León Salinas (Don Tuco), Don Ángel Delgado, Luis Maldonado (+), Germán Morales, Agustín Prado (shulla), Agustín Morales (Agucho) se habían concentrado en el parque central en donde se encontraba levantado un ya desmantelado escenario que se había vestido de gala en la noche anterior. Al verlo triste y melancólico decidieron darle un poco de sabor para lo cual se convirtieron en artistas improvisados con los más increíbles números desde la canción del pueblo hasta ensayos de malabarismo. Sin que ellos se dieran cuenta personas que merodeaban por el parque y vecinos del sector poco a poco se acercaban a observar tal acto y con aplausos calurosos animaban a los nuevos artistas.
Por otro lado el padre Luis Rodríguez que también había sido espectador desde la casa parroquial se quedó muy inquieto y con una idea que le daba vueltas por la cabeza.
Pasó un año de tal improvisado espectáculo y el pueblo se preparaba para festejar un nuevo aniversario, pero el recuerdo de aquel lunes, todavía vivía latente en la mente del “Padre Lucho”. Nadie podía imaginar que ese pequeño acto que hace un año había sido protagonizado por unos cuantos jóvenes tendría tanto eco en el padre Luis Rodríguez y Don Vicente Peña Toral el entonces presidente municipal. A tal punto que propusieron prolongar un día más de fiesta “El Lunes” destinado exclusivamente a los sigseños libres de todo compromiso, para gozar de un día de campo a orillas del río Santa Bárbara en las paradisíacas playas de Zhingate.
Como gesto de amor a nuestra tierra se efectuó un desfile por las calles del cantón al que asistieron las hermosas reinas del festival de la manzana invitando a todos a bajar a la playa, poco a poco los sigseños como aceptando la invitación, formaron parte de la caravana rumbo a la playa en donde después de degustar unas reses donadas por el Padre Lucho bailaron hasta el anochecer al ritmo de nuestra música.
Así nació el Lunes Sigseño una de las tradiciones más florecientes de nuestra tierra, el mismo que es compartido en la actualidad por nacionales y extranjeros en un ambiente de hermanamiento y solidaridad.
(Fuente: información proporcionada por el Doctor José Faican)
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