El ser humano como ser social y cultural modifica su
medio natural, construyendo bienes materiales concretos. Estas expresiones
adquieren un sentido completo sólo cuando, más allá del objeto en sí, se revela su valor subyacente. Al mismo tiempo
el ser humano construye otro tipo de manifestaciones a las que les otorga una
significación particular, que expresan en una forma preferentemente inmaterial.
Estos bienes son marcadores de una identidad enraizada en el pasado,
actualizada en el presente y reinterpretada
por las sucesivas generaciones, que tienen que ver con saberes
cotidianos, prácticas familiares, entramados sociales.
En este contexto en el parque central de Sígsig existen
varios elementos con una riqueza histórica invaluable y que nos identifican de
los demás cantones; entre ellos por ejemplo tenemos el bulto en honor al kuraka
Duma y la Pila, ésta última olvidada por algunos, pero para otros constituye un
espacio de cohesión social pues presenta un grado de consenso entre los
miembros de un grupo social.
En este espacio es común ver todos los días a niños
jugando en torno a la Pila, y, a mujeres mojar la plantilla de su sombrero de
paja toquilla –hoy reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad–.
Sin embargo a pesar de ser un espacio de gran valor,
desconocemos desde cuando reposa en el Parque Central, sin embargo en un
artículo publicado por uno de los hijos del señor Salvador Pesántez (+), en la
revista de las Jornadas Deportivas del 2002, nos da a conocer algunos datos
históricos de la Pila del Parque Central. Al respecto escribe:
“De las canteras cercanas de Cuenca y construida por
artistas de esta ciudad, la pila fue construida en el año de 1909 y puesta al
servicio del cantón en 1914, cuando Gobernador del Azuay José Peralta, Jefe Político
David Vélez y Comisario Nacional Carlos Pesántez: trío de autoridades a las que
debemos reconocimiento, ya que lucharon con denuedo y triunfaron contra la
turbamulta de enfurecidos indios que en constante levantamiento derribaron el
cause del progreso del cantón, provocando huelgas y entrando a la población
para cometer atroz mortalidad en las personas de las autoridades y moradores
del centro cantonal.
El Sr. Gobernador puso a órdenes del Sr. Comisario un piquete de tropa que por
cuatro ocasiones vino en ayuda y defensa de la población; ejercieron medidas
muy duras y aprehendieron a los cabecillas obligándoles a trabajar en la
acequia que bordeaba la pila y las calles. A las mujeres revoltosas les
obligaron a que marchen alrededor de la plaza gritando ¡viva la pila!. Ellas, efectivamente
gritaban ¡viva la Pilis Pila! Después de afrontar y sofocar el señor comisario
por largo tiempo obstáculos de orden material y moral, advino al fin el
galardón del triunfo, y, en un fausto día de Abril, ante el asombro y alegría
de todos, saltó límpida y hermosa por el surtir de la pila el agua purificada
desde la Diosa Ayllon.
En honor al meritorio trabajo, haciendo justicia ya que el Comisario sufrió como el que mas
los desafueros de los indígenas resolvieron llamarle pila “Carlos Pesántez”.
Cuando estuvo por escribirse este nombre, sugirió un advenedizo pidiendo se
escriba el apellido Vega, en honor a la familia cuencana acantonada en Sígsig,
o de Vélez en honor al Jefe Político. Ante estas propuestas, la masa popular
exaltada profirió la frase quichua “NI
CAN NI ÑUCA”. Regaron el balde de pintura y quedó sin nombre, hasta la
fecha”.
Por su valor histórico-cultural y por la cohesión social
que representa la Pila del Parque Central, esta forma parte de nuestro
Patrimonio Cultural.
A continuación te dejo con algunas fotografias de antaño que se refieren a la pila del parque central, las mismas que son de propiedad del señor Raúl Cobos.
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