5/11/2015

CAMINOS PRECOLOMBINOS



“Aún queda camino por recorrer”
Se dice que el nivel de desarrollo de un pueblo está dado en gran parte, por la cantidad y calidad de sus caminos que conectan los diferentes centros de producción, comercialización y consumo; mejor todavía si estas rutas, además de integrar el propio territorio se extienden hacia otras regiones.
En este sentido, la posición de enclave que ocupó Sígsig desde el tiempo Paleoindio, Formativo, Desarrollo Regional y ulteriormente durante el Periodo de Integración en la epoca que brillo la cultura kañari; le permitió mantener amplísimos contactos con otros poblados; partiendo de esto, en el área del cantón podemos encontrar diversos caminos que no necesariamente es el Qhapaq Ñan como muchos lo califican, sino más bien ramales que conectaban distintos centros poblados, centros de producción (artesanal, agrícola o minero), e incluso barrios periféricos, que incluían mitmakuna provenientes de distintas partes del tawantinsuyu.
Francisco Valdez (1984), menciona que el camino que pasa por la zona de Sígsig, es un ramal importante del eje este-oeste y que con seguridad conectaba el mismo valle de Cuenca con las localidades de Gualaquiza. En este tramo se han identificado varias edificaciones similares en las terrazas del rio Cuyes.   
Hoy por hoy muchos de estos caminos se siguen utilizando –claro con menos frecuencia– con el fin de acortar distancia “lo que comúnmente conocemos como el enderezo”; y en lengua kichwa se lo denomina chaquiñán. En zonas de superficie desigual, clima húmedo y piso suave, el paso de los viajeros y sus animales produce a veces zanjas de hasta varios metros de profundidad, llamadas “culuncos”. En un intento por establecer estos caminos hacia la zona de Cuenca y la región del Oriente nos dimos cuenta que todavía guardan elementos históricos importantes, ya que fueron testigos de esa angustiosa vida diaria.  
En la actualidad el camino mejor conservado que hemos podido observar es el que asciende desde las orillas del río Santa Bárbara, cerca del puente de Jerusalén “Jashacay” y al tomar altura lo hace por el borde de la quebrada de Valín, en algún trecho el camino está construido al fondo de un desbanque de dos o tres metros de altura, la calzada se detiene abruptamente en Narig, borrada por la construcción de la carretera.

“La vía tiene desagües y canales o acequias que marchan paralelamente al camino, drenando la humedad que se filtra de los dos muros que flanquean la vía. Estos canales pasan a menudo por debajo del empedrado para desviar la fuerza del caudal al enviar el torrente de un lado al otro del sendero. Estas características hacen que este camino sea considerado como prehispánico” (Valdez, 1984:22).

El camino vuelve a aparecer en el trayecto de Zhabalula a la planicie de Chobshi, mide dos metros de ancho; parte de este tramo es empedrado y posee muros laterales con mampostería semejante a las paredes de los edificios existentes en la zona. En segmentos del camino lo bordea una hilera de piedras a cada lado delimitando su curso.

“En territorio Ecuatoriano solamente he visto restos de estos muros en las cercanías del tampu de Burgay, provincia del Cañar, y en el camino lateral que corre por la zona de Shabalula al oeste del Sígsig” (Fresco, 2004:36).

Desde Sígsig, para llegar a la región del Oriente existen dos entradas naturales, aprovechando la depresión geográfica que producen los ríos Cuyes y Cuchipamba las mismas que fueron transitadas en épocas preincaicas, e incluso utilizadas por los colonizadores buscadores de tesoros, evangelizadores y los famosos contrabandistas de aguardiente. No olvidemos que en una misma región pueden existir varios trazos de caminos utilizados en diferentes momentos que pueden ser remodelaciones de antiguos caminos autóctonos. De hecho, respecto a los caminos orientales Jaime Idrovo Señala:

“Son los menos conocidos por el registro arqueológico, pero la abundante documentación del siglo XVI confirma la presencia de varias arterias, las mismas que, parece, fueron las de menor tránsito, debido sobre todo a la poca influencia que ejercieron los incas sobre la región amazónica, habiéndose concretado la conquista de manera tardía en un sector principalmente intermedio, esto es: la llamada cordillera Oriental y sus estribaciones. Hecho que se verifica en el destino de los caminos y que se apoya también en la casi inexistencia de vestigios monumentales con influencia inkaica en el sector” (Idrovo, 2000:101).

El camino que va de Sígsig a Gualaquiza por el valle del río Cuyes sin duda fue Chobshi-San Bartolomé-Ludo-Jima, transmontando la cordillera del Moriré y desciende a San Miguel de Cuyes, Amazonas, Nueva Tarqui, El Ideal y Gualaquiza; “el viejo camino de Sígsig a Jima y Cuyes, que aún  existe, pudo haber sido construido sobre alguna ruta precolombina” (Salazar, 2000:67). Todo este callejón está encadenado por una serie de sitios arqueológicos como por ejemplo: Espíritu Playa, La Playa, San Miguel de Cuyes, Trincheras, Santopamba, entre otros.
La primera referencia que se tiene acerca de la existencia de una ruta de acceso a la región de los Cuyes propiamente dicha la encontramos en 1550, con ocasión de los intentos de conquista de los Jibaros por Benavente, quien se prometió “regresar mas tarde a esta conquista, pese a los obstáculos naturales y a la hostilidad de los Xibaros, pero pasando esta vez por el Zangorima o río Cuyes” (Benavente, 1994:60; citado por Catherine Lara, 2009:56). Si a Chobshi, se le considera un tampu bien podría estar unido por un camino al tampu de Mariviña, situado probablemente en las cercanías del nacimiento del río Quingeo a poca distancia de la población de San José de Raranga.
El camino que va por el valle de Cuchipamba une Sígsig–Matanga–Granadillas–El Rosario–Aguacate–La Pradera–San José–Osochocha–Portón y Gualaquiza, y sigue la ruta que en épocas preincaicas se utilizaba. Los vestigios arqueológicos –cadena de pucaras– que parten de las altas cumbres andinas y que se extienden a lo largo de este valle nos dan muestra de su importancia.
En documentos de 1785 se lee, hacen mención a este camino: “Aperado pues de estas noticias y juntado estas a las que tenía adquiridas por varias averiguaciones, de un camino de ancho y bien delineado, muy antiguo, que entrando por Sangorima, el encuentro, pasé personalmente el pueblo de Sígsig, donde me he cerciorado mejor de este camino”. (Carrasco, 1986:94). De la misma manera en 1808, Don Juan Manuel de Rojas, teniente juez pedáneo del pueblo serrano de San Bartolomé, reportó parte de estos caminos al concurrir de testigo en el expediente levantado por la Gobernación de Cuenca sobre un proyecto de abrir un camino desde Cuenca a Santiago de las Montañas:

“I últimamente reconoció que, cerca del Río Blanco, en un puesto denominado Granadillas, a la montaña y travesía del camino construido, se hallaron unos cercos de piedra que formaban una especie de plazoleta. Igualmente vio que, al frente del río Blanco, se había descubierto un retazo de camino antiguo, con unos cimientos de piedra que formaban cercos, y hacían una calle bastante ancha, y a un lado de ella, unos cimientos así mismo de piedra.” (En: Salazar, 2000:27).

Es importante anotar que “Los valles del Cuyes y el Cuchipamba muestran un patrón de asentamiento en las confluencias de los ríos, con poblados circunscritos parcialmente por un muro defensivo, y recintos habitacionales en el interior que incluyen una plaza o alguna estructura de uso comunal. Las alturas de la cordillera y algunos cerros de las estribaciones, habrían servido para la edificación de churos, cuya función no está claramente determinada. Por cierto, estas estructuras de varios niveles concéntricos son típicas de las estribaciones andinas surorientales…” (Salazar, 2000:27).
Finalmente y en palabras del arqueólogo Antonio Fresco la red vial construida enteramente antes de la conquista europea, constituye una de las grandes obras de ingeniería de la humanidad, aunque pocas veces nos demos cuenta de ello. (Fresco, 2004: presentación)  
Hemos intentado hasta aquí presentar una síntesis muy general de las ocupaciones prehispánicas en el cantón Sígsig, basándonos sobre todo en la revisión de los trabajos arqueológicos que se han realizado en la zona, por tanto no pretendemos periodizar las culturas del pueblo de Sígsig, puesto que, aparte de las dataciones del Abrigo Rocoso de Chobshi no se cuenta con otros fechamientos.    
Para finalizar, creemos que hacen falta trabajos de investigación científica en toda la zona de Sígsig. Solamente con esta labor podremos aclarar los misterios que rodean nuestra prehistoria pues, no es aventurado pensar que los alrededores de Sígsig guarden escrupulosamente este secreto.

 Bibliografia:


FRESCO, Antonio.
2004 “INGAÑAN: La red vial del imperio inca en los Andes ecuatoriales” Ediciones Banco Central del Ecuador.
IDROVO, Jaime.
2000 “Tomebamba, Arqueología e Historia de una ciudad imperial” Banco Central del Ecuador, Cuenca.   

SALAZAR, Ernesto.
2000 “Pasado Precolombino de Morona Santiago” Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Morona Santiago. Ilustre Municipio del Cantón Morona. Macas-Ecuador.
VALDEZ, Francisco,
1984 “Los vestigios arqueológicos de Sígsig, Azuay, Ecuador. Un ejercicio de interpretación” Disertación doctoral Universidad de Paris X, Nanterre.
   


 

1 comentario:

  1. Existe alguna agencia turística del lugar o persona con la cual se pueda acceder a estos y mas lugares del Sigsig.

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