Quiero poner a consideración de los amigos lectores, un artículo
proporcionado por don Pedro Morales, en el cual hace alusión a la literatura
sigseña:
LA CULTURA LITERARIA SIGSEÑA.
Por: Pedro Morales.
La literatura Sigseña
“....porque los hijos de la Villa del Sígsig
nacimos con la facilidad para entender, con la suspicacia para investigar, con
la elocuencia en nuestros labios, con la creatividad a flor de piel, con la
música en nuestras venas y con la poesía en cada recodo de nuestra existencia...”
Quizá no sea
este el momento propicio ni el lugar adecuado para realizar una referencia
académica sobre la literatura, sin embargo creo oportuno señalar que es
necesario recordar que una creación literaria es la actividad espiritual por
medio de la cual crea el hombre obras con fin de belleza. Todo ser humano, por
rudo e ignorante que sea, experimenta la necesidad de representar en forma
bella sus imaginaciones, ideas o sentimientos; esa necesidad se satisface
gracias a la creación artística.
Dentro de la actividad general del
arte se distinguen multitud de variedades .Atendiendo al fin perseguido, se
llaman artes puras las que tienen como objeto primordial la belleza, sin
utilidad material en la obra misma: música, poesía, escultura, pintura, danza y
la literatura; y artes aplicadas o decorativas las que pretenden satisfacer una
necesidad material, sin que en ellas la belleza pase de ser elemento
secundario: rejería, tejidos, artes suntuarias. Por lo expuesto, concluiremos
esta corta digresión, señalando que la literatura es la expresión de la belleza
por medio de la palabra y que una obra literaria es aquella cuyo objetivo es el
de causar goce o deleite estético.
Cuando en forma retrospectiva,
observamos los recuerdos del pasado, las imágenes de las cosas vividas se
reeditan en la mente como queriendo ser rescatadas de ese limbo en las que se
encuentran y retornan a fascinarnos aquellos relatos y los melodiosos versos
que nos deleitaron y que nos inspiraron para seguir las huellas que sus autores
nos marcaron.
Se ha manifestado y publicitado en
diversas ocasiones y a través de varios medios de comunicación social, la
capacidad creativa de los sigseños que, utilizando el arte como medio de
expresar sus sentimientos y emociones, han exteriorizado el yo íntimo
del ser humano, su mundo interior, su microcosmos, el predominio de lo
subjetivo sobre lo objetivo. Por eso, hablar de la literatura sigseña es entrar en un vasto espacio en el cual se
podría abordar desde la épica, pasar por la lírica y sin descuidar la narrativa
llegar al periodismo, a la oratoria y por ende al arte dramático. Si bien con
este planteamiento no deseo confrontar la importancia de tal o cual género, es
necesario analizarlos por separado.
Parecería que cada vez se hace más
difícil, para quienes se han propuesto esta tarea, lograr una clasificación de
importancia, tanto de creadores como de creaciones que acoja bajo un solo
calificativo a la múltiple diversidad de textos, de perspectivas estéticas, de
marcas a lo largo de la historia con las cuales los autores han accedido “al
poder de la palabra en el silencio de la escritura”. Por eso creemos que lo más
productivo sería, más bien, dirigir la mirada al lugar y el tiempo desde donde
la inspiración de hombres y mujeres sigseñas exteriorizaron su microcosmos y
reflejaron la realidad que los tocó vivir.
De ahí que, siguiendo un orden más o menos
cronológico ,iniciaré la presente reseña literaria de nuestro querido Sígsig
intentando una breve biografía y luego un análisis de sus escritores.
DON CARLOS PESÁNTEZ PESÁNTEZ.-
Estoy seguro que esta no es la primera vez,
como tampoco será la última, que se hable sobre don Carlos Pesántez, el
“patriarca de capa y sombrero” que dio lustre y honor a su tierra natal
utilizando como únicas herramientas su pluma y su creatividad, y aunque se ha escrito y comentado sobre la vida de este ilustre
conciudadano queda todavía muchas cosas por descubrir y valorar. Veamos los
datos que él nos proporciona cuando en su “Última saetilla” publicada en 1942
nos dice
Mis padres Vicente y Berna Pesántez,
fueron hijos nativos de este pueblo del Sígsig, sin profesión ni oficio alguno,
ambos agricultores únicos porvenir de nuestros mayores; vivían ilusionados a
las producciones de sus reducidos bienes y no les alcanzaba el sustento para
sus cinco hijos. (.................) Yo nací el año 1872, época en que el
pueblo era sumamente atrasada, y tan atrasada que las pocas casas que habían
eran cubiertas de sigsal y Zhullín “. Cuando apenas frisaba los cinco años, su
padre, “sin recordar que para dar oficio
a los hijos 1° había de darles siquiera escuela, por equivocación mi padre me puso directamente en el oficio de
“hojalatería o pailero” en Cuenca, donde un señor Apolonio Vélez“. Sin embargo,
no sintiéndose ubicado en este trabajo, y descubriendo su capacidad intelectual
y sus singulares aptitudes artísticas, retorna nuevamente a su Sígsig añorado y
es aquí en donde la Saetilla encontrará su cuartilla, el viernes santo su más
asiduo devoto y admirador, el taita carnaval su alegre compañero, el comisario
su más recta representación, la música de pueblo a través de la banda su
insigne director y la casería su febril
pasatiempo.
Conocer a Don Carlos Pesántez, es
conocer la historia de Sígsig de fines del siglo XIX y comienzos del XX; toda
su actividad estaba enmarcada en un deseo profundo de servir a su tierra con
“bienes y persona" de dar ejemplo de trabajo y honestidad, de entrega y
dedicación a su esposa e hijos y de profundizar una fe religiosa sólidamente fundamentada
en la devoción a la Reina de las Soledades,
representada en la Dolorosa del Viernes Santo.
Siendo un intelectual autodidacta, siempre a su labor cotidiana le revestía de galas literarias y para cada
una de ellas escribía su verso respectivo. Así por ejemplo, como un corolario
de su dedicación a la música, que le permitió conocer a don Antonio Vega Muñoz
y a su inseparable compañero de fusas, negras y blancas Miguel Quilambaqui
escribía:
As escultor tu
despedida
En
el lecho de tu agonía
Escribe
con lapis y tú pincel
Por
tu nombre y por artista fiel
“Cuando en 1907 comenzaron mis
conciudadanos a rodiarme y suplicarme que aceptara la comisaría. En aquellos
tiempos los destinos públicos buscaban a los hombres y no se usaban palanqueos
ni ricushicas ni vesamanos ya que huvo insistensias y porfías, contra mi
voluntad tuve de aseptarlas con timides y antipatía...” escribe con mucha
soltura, pero con seguridad de principio: “La ley nunca debe ser vendida como
mercadería ni desviada como congirejo. Este fue el lema de mi administración y
carácter rejio” para complementar con estos versos:
Para
morirme tranquilo
Sin
enemigo alguno
No
hay mejor en este mundo
No
hacer favor a ninguno
Nuestros
hombres semejantes
Imitan
a las cerpientes
Si
no muerden con la voca
Pican
con la larga cola
Para
que nadie me envidie
Y
la fortuna me dure
No
hay mejor dicha en el hombre
El
no tener quien le controle.
¡Vaya versitos, ojalá algunas autoridades se
aprendieran de memoria y captaran el mensaje para ponerlo en práctica!
No cabe duda que la casería fue uno de sus
principales pasatiempos, que a decir de don Carlos le duró tanto como duró su
pródiga vida y vale la pena, en esta parte leer la anécdota sobre aquel tan
conocido versito del “Oh maldito venado”
Oh
maldito venado en nada te ofendí
Solo
mi sobrero fue que sacudí
Estaba
sin arma y en nada prevení
Y
solo por burlarte te apegas en mí
Como queda dicho su más grande afición fue la
caza y por ende, esta actividad originó algunos hermosos versos, llenos de
transparente ingenuidad, sencillos, modestos brotados a flor de labios, de su
espíritu nutrido con sol de campo y agua de montaña. He aquí algunos de ellos.
Por allí dos aves cantaban Te
mando un fianbre bueno Que
linda es la casería
De gusto que amanecieron quizá te surta un venado las aves en sus libertades
A dos jóvenes que casaban tan solo por conocer los cazadores en
guerrillas
Y por la noche que lloraban si
es lanudo o es pelado y las
chiquillas de sentinelas
La amistad, la verdadera amistad, es sin duda
el elixir de los dioses y nuestro Patriarca de la capa y el sombrero supo beber
todo el líquido de su copa, conoció y trabó una productiva amistad con el Dr.
Humberto Esquivel, a la sazón, párroco progresista de la campiña de San
Sebastián que se entregó por entero al pueblo que servía y no miró obstáculo
alguno para transformarlo y ponerlo a nivel de las grandes ciudades culturales,
periodísticas y literarias.
“… A propósito de lo que son necesarios los
curas párrocos y la armonía de entre los hombres, autoridades y particulares
dedico mis estrofas al Sr. Cura Dr.
Nicanor Cobos Serramo cojiendo el tema de las circunstancias:
La
campana y el cura
Los curas y los pecadores
Lo
forman el pueblo
El
pueblo es colmena Los curas
en sus confesonarios
Y
el cura su reina son
angeles vendados
El
uno nos llama oyen
los pecados
Y
el otro nos salva pero
no saben los resultados.
Y
donde hay la colmena Aquí hay
mucho que pensar
Debe
haber su reina entre el
juez y el pecador
Que
nos alimenta si hay
disputa entre los dos
Como
miel del alma
prorroguese para absolver
Si
hay amor al alma La
misión del cura es la más sagaz
Si
hay respeto al cura la flor
de los hombres llamando a la paz
Debemos
conservarlo centinela firme
contra zatanáz
Como
una flor del cielo. y la
porfía del hombre que es mucho más feróz
Como había manifestado anteriormente, Don
Carlos es una mina inagotable de enseñanzas, de historia sigseña que tiene en
sus saetillas (3) toda una gama literaria que incluye todos los géneros
literarios, por ahora me he referido, en una mínima parte a su lírica, queda en
el tintero (computadora) aspectos que tiene relación a la narrativa, a la
historia, la religión, la política, y una gran miscelánea de sentencias y
jocosidades. Pero no quisiera terminar sin darles a conocer su poema:
SENSACIONAL, que expresa su verdadero y real modo de ser:
No
escribo por condesender con nadie
No
escribo por ofender a ninguno
No
escribo por da a luz mi nombre
No
escribo por defenderme del mundo
Ni
debo ser víctimo de nadie
Dejad
que corra mi pluma
En
plena libertad y calma
Hay
plumas que se previenen
Con
otras que no admiten
Los
que saben corregir
Si es fasil ¡por que no escriben.
(Las
faltas ortográficas de los versitos, son propias del autor y siempre que se las
transcribe se solicita mantenerlas y respetarlas)
DON JOSÉ LUCIANO PESÁNTEZ MOROCHO.-
El Sr. Luciano Pesántez nació en el cantón
Sígsig, fue el quinto hijo de Don Carlos
Pesántes y de doña Carmen Morocho; sus primeros años los vive rodeado entre
saetillas, instrumentos musicales, pertrechos para la casería, disfraces para
semana santa, mantos, túnicas, chantas y sobre todo versos recitados y escritos
por su padre, don Carlos Pesántez, que fue forjando al hombre en ese
ambiente de tradición e intelectualidad, en una atmósfera de
trabajo, respeto familiar y fundamentalmente un excesivo cariño a su lar natal.
Por esas cosas que tiene la vida. JOLUPE (José Luciano Pesàntez) se lanzó a la
aventura y abandonando su hogar, como lo hiciera su padre en su tiempo, llegó a
la tierra de las mujeres hermosas, de la sal prieta el machete y el sombrero de
paja toquilla, la tierra del montonero
que con Alfaro a la cabeza transformó la historia de nuestra patria imponiendo
una nueva forma de hacer política: la liberal.
Sin embargo los atardeceres serraniegos, el
Huallil, el Alcacay y San Chavita le
hicieron retornar al hogar de sus padres.
Los amigos de los juegos infantiles, de las
época de su adolescencia se vuelven a encontrar años después en las orillas de
los ríos orientales y en un mudo identificarse comienzan a buscar entre las
areniscas el ansiado oro.
Pero como lo que se hereda no se
hurta, el Sr. Luciano, luego de una preparación académica, ingresa a las filas
del magisterio y en su entrañable Hermano Miguel pone todo su empeño y
conocimiento a la disposición de sus queridos alumnos que llevan hasta hoy el
recuerdo imborrable del sargento Luciano.
La obra literaria del Sr. Luciano, se enmarca,
como queda dicho, en el ámbito de la epopeya (género épico), pues el paso por
el batallón Calaglas N° 3 influenció en forma definitiva su poesía, la misma
que demuestra nuestro aserto en una poesía con clara influencia del Olmedo, a
la que le llama Sinfonía de un recuerdo, cuyos primeros versos rezan de la
siguiente manera:
Al
crepitar violento de los siglos
Por
cumplir el soplo del destino
Un
gran Cacique de proverbial ancestro,
Plantó
aquí la lanza de los grandes
Frente
a los protervos desmanes del sur.
(...............................)
Desde
el Cuzco lejano curacas y señores
Surge
nefasta misión desoladora.
En
ancha herida que los pueblos desgarra,
Cuando
Túpac Yupanqui lo proclama
El
imperio servil de un continente.
Otra faceta de la vida del Sr. Luciano, es
aquella que dedica a la educación y formación de los niños sigseños, en
quienes, a más de infundirles conocimientos de tipo académico, no descuida el
despertar el valor cívico, que hoy por hoy, se va perdiendo en nuestra
juventud. Y como dijera anteriormente, lo que se hereda no se hurta, nuestro
“sargento” no descuidó el género lírico, versos escritos con profundo amor a su
tierra natal, como por ejemplo: Decálogos del buen sigseño, CON NOVEDAD EN EL
FRENTE, que es un folleto dedicado a
publicitar la historia de Sígsig, luego de arduas investigaciones, y en la que
expone el gran escritor diferentes aspectos de nuestro convivir.
YO SOY GUAPO
Yo soy puro bien sigseño Es mi gloria haber nacido
Y me he dado el compromiso bajo el sol que se ha encendido
Con la tierra en que nací con las llamas del valor
De ser guapo entre los guapos y me gusta ver la muerte,
Y por eso muy ufano echar rondas con mi
suerte
Yo le canto a mi país con mi vida y con mi
amor.
Fue
un hombre, como somos los sigseños, que amó en forma desmesurada a su lar
natal, pero también fue cáustico con aquellos que renegaban de su nacimiento,
esto le llevó a formular una cierta calificación para los sigseños: (ver con novedad en el frente, pag. 50)
Lcdo. Gonzalo Pesántez Reinoso.-
Aunque por motivos de estudio, Gonzalo Pesántez
Reinoso se ausentó de su lar natal, jamás desconoció o soslayó su lugar de
origen, más bien sus estudios, secundario y Universitarios realizados en la
ciudad capital, Quito, permitieron que esa creatividad a flor de piel que tenemos
los sigseños, fluyera como un manantial de de sentimientos, emociones y
recuerdos plasmados en versos que hicieron que, Hernán Rodríguez Castelo, lo
ubicara dentro del grupo de poetas formado por: Francisco Tobar, Filoteo
Samaniego, Francisco Granizo y otros
destacados vates.
Gonzalo Pesántez, inicia su producción lírica a
través de la publicación de su poemario “Palabras” por el año 1951, texto que
recibe el reconocimiento y aplauso de las letras ecuatorianas. He aquí una muestra de su lírica.
Mi Plegaria
Fragmento
Con el hondo silencia de mi dolor
profundo
Hasta tus plantas vengo temblando de ternura;
Tengo miedo mirarla porque mi barro inmundo,
Enturbiará los lagos de tu mirada pura
Si, madre, yo he pecado y no soy más que cieno;
Ya no vengo a tus plantas con pureza infinita,
Sólo traigo mi pecho con amargo veneno
Y un alma pecadora, dolorida y marchita
Si don Carlos Pesántez fue el artífice e
iniciador de la literatura sigseña, allá por los años 1927, con sus Saetillas y
otros escritos, la villa de San Sebastián tendrá una etapa de luz y cultura
en la década del cincuenta, durante el
brillante ejercicio sacerdotal del Padre Humberto Esquivel Bermeo, que sin ser
sigseño de nacimiento, dio a nuestro cantón toda su cultura, creatividad y
dinamismo. Al cura Esquivel, le tocó dirigir su grey cuando la crisis económica
asolaba la región, pues el tejido del
sombrero y la extracción del oro sufrió uno de los más fuertes colapsos, sin
embargo la voz firme del sacerdote hizo que nuestros conciudadanos, al igual
que el ave Fénix, se levantara de las cenizas para emprender un raudo vuelo.
¡Cómo alcanzar tan difícil objetivo?. Pues
pasando de las palabras a los hechos... y fundamentándose en la fe, el
trabajo, la educación y la cultura, derrotar la adversidad y construir un nuevo
Sígsig.
La obra del Dr. Esquivel fue grande, y entre
otras cosas reparó la casa municipal, construyó capillas en Tullopamba, Tasqui,
Pueblo Viejo, Zhiotor, la iglesia de la nueva parroquia de Guel, y de la nueva
parroquia de Cutchil, la segunda catedral en el Sígsig, el hospital en Alcacay,
la casa conventual, la casa para la planta eléctrica la gran máquina de tejidos
pedido al Instituto, la imprenta, que el personalmente trajera desde Cuenca, y
muchos implementos e imágenes tan necesarias en su templo. “El señor párroco,
por el día de hoy, debe tener el mismo tema y llevar la misma idea de nuestro
Patrón San Sebastián, el que recorre bosques y colinas, montañas y cordilleras,
y a donde que va lo reciben muy bien, y el Santo se contenta con lo que le da”.
Sacerdote y periodista, preocupado por la cultura, la educación, el
adelanto físico del cantón, adquirió una radiodifusora: HC5HE, radio Sígsig que
con sus audiciones, llena de entusiasmo a la población por entonces sumida en un silencioso atraso,
abandono y pobreza
En el campo literario-periodístico, no hay duda
que su máxima obra fue el BOLETÍN PARROQUIAL, que lanza a circulación su primer
número el 20 de enero de 1950 y que a través de sus páginas hacía labor
espiritual y a la vez material.
Quienes tuvieron a cargo la dirección,
redacción y circulación de este importante medio de información son las
siguientes personalidades:
Director:Rvdo. Padre Dr. Humberto
Esquivel
Jefe de redacción Sr. Rafael Pesántez
Redactores Sr. Luciano Pesántez y,
Miguel Pacheco.
En las
breves columnas de Boletín Parroquial quedó registrada la historia del Sígsig a
lo largo de más de un lustro. Desde ellas se defendieron los intereses del
cantón con talento y altivez y lo más
importante es que sus escritores y reporteros fueron gente sigseña con una
capacidad intelectual que, dado los años de su labor periodística y las reales
situaciones, sorprenden al extremo.
Periodistas, dignos de merecer el
reconocimiento nacional, bajo diversos seudónimos: sagitario, Observador, B
Juco, cantaclaro, maestro Tacuri, etc. que respondían a los nombres de Miguel
A. Pacheco, Rafael León, Luciano Pesántez, Rafael Pesántez y otros valores de
la cultura sigseña que utilizando las páginas del rotativo expusieron su manera
de pensar, la defensa de su pueblo, la narrativa al más alto nivel y la política
con todos sus compromisos; pero no descuidaron la parte jocosa, que a través de
la sección: “Que te parece cholito” y
las propagandas de los comerciantes que
anunciaban sus productos, alegraban a los lectores
El tiempo transcurre y la producción literaria
sigseña nunca descansa, esporádicos escritos se difunden en diversos medios
hasta que en 1979 – 1980 toma la posta el sigseño, más sigseño de todos los
tiempos, DON LAURO GUILLERMO ORTEGA PESÁNTEZ, que secundado por un grupo de
sigseños, profesores del Colegio Técnico Sígsig, publican el primer número de
la revista FAZAYÑAY, órgano de difusión cultural que se convertirá en la
panacea literaria para que alumnos y maestros , a través de la poesía y de
narraciones ,exterioricen sus sentimientos que por lo general están orientados
a ensalzar a su tierra natal y a su colegio.
Referirse
a Guillermo, es una tarea tan difícil, no por él sino porque su deceso aún nos
duele, porque su prematuro viaje nos dejó un vacío insondable, una pena inconmensurable
que jamás lograremos superar, porque fue un amigo infinito que siempre
vivirá en cada rincón de Sígsig. José
León Samaniego, no hace mucho, en un artículo decía. “quiero recordarte como
eras, con la sonrisa en los labios y la palabra suave, con el abrazo sincero y
el alma generosa. Multifacético hombre de cultura, pasabas con elegancia y
donaire de la expresión jocosa al pensamiento profundo y filosófico. Vida de
juglar y mecenas de ideales; teatrista, cuentista, pescador y deportista.
Quienes tuvimos la suerte de compartir contigo el camino, nos sentimos felices
de haberlo hecho y, para quienes caminan detrás, serás la luz, la guía; el
torrente que refrescará el alma y el lecho que reposará el espíritu.”
El Sr. Guisho, como fraternalmente le tratamos
todos y en especial sus alumnos, fue el mentalizador, el que impulsó en sus
amigos y compañeros el amor a la literatura, a esa literatura que descubrió las
facetas de nuestro pueblo y del querido colegio Sígsig. Fue él el que descubrió
y esculpió muchos de los escritores que hoy dan brillo a nuestra comarca.
Guillermo no solo transitó el arte de la
literatura, fue también un excelente maestro, un incansable investigador y un
periodista de primer orden, he aquí algunos títulos que confirman mi aserto :
Autor del libro “Sígsig de la historia a la esperanza; Director de la revista
Fazayñan; miembro del Consejo Editorial del Boletín Alcacay, sus artículos
fueron múltiples y con diversa orientación y en más de una ocasión, llevado por
esa humildad transparente escribió con el seudónimo de Justo Cresencio
Saytama. Entre otros lo siguiente: don
Levino en la vida y en la muerte, Sígsig un patrimonio múltiple; Banda del
pueblo; Unas coplas pa mi pueblo; Guamán; Del sector rural; Décimas; todos y
cada uno de los editoriales escritos en la revista Fazayñan, etc. Etc. He aquí una pequeña muestra de su creación, el
poema está firmado por Justo Cresencio Saytama, seudónimo empleado por
Guillermo Ortega:
Dende
el cerro donde vivo
medio jumo estuve un día
Entre
este verde maizal,
chugniento y malencarado
Tiritando
por el frio,
parecía emparamado,
Voy
a escribir para todos
como chumal mal envuelto;
Unos
cuantos garabatos me citó la
autoridad
Que
tengo guardados dentro por estar en trazas,
Deste
shungo atolondrado
tanto me malmodió
Que
muy pronto calmará
que me dejó como nuevo
En su
artículo titulado “Del pasado que se añora” publicado en la Revista Fazayñan
nos dice:
…caminamos en el tiempo por el empedrado sonoro
de las antiguas calles de la loma de San Marcos, por Tudul, por el Venado, por
el barrio alto y el barrio bajo; desde la altivez añorada del viejo pino
situado al filo de la Restauración hasta el cobijo del sauce llorón en las
afueras del pueblo…vengo de presenciar la llegada del Guamán y sus misterios de
hacer lavar la mugre de nuestro ropaje con la Marcela Guartasa…. De escuchar
que el sucho cayó en la acequia…de leer las saetillas de taita Carlos y el “que
te parece cholito” del Boletín Parroquial....
Franklin Zhimnay Pulla
Otro
gran poeta sigseño es sin duda Franklin Zhimnay Pulla, sigseño que ha seguido
las huellas de sus coterráneos, y que con sus versos es la tierra fértil que
dio el fruto deseado, es la satisfacción que sentimos los maestros cuando vemos
que el granito de mostaza se convirtió en un árbol frondoso que con sus ramas,
a más de producir sombra para los pies cansados se convierte en el nuevo norte
de nuestra cultura. Adelante mi estimado amigo que los otros ya se fueron, pero
siempre en Sígsig debe estar encendida la luz de la cultura y del arte
literario, quizá tú seas, con tus creaciones literarias el norte a seguir de
aquí en adelante.
Franklin es un Poeta joven, que ama su arte, que no mira obstáculo
alguno para contribuir con sus versos a la literatura sigseña, ha publicado dos
libros hermosos de poesía del que extractamos el siguiente fragmento:
Cantares
fragmento
Quiero verte en el jardín,
Cual madreselva confundida,
Con la rosa y su confín,
En un remanso escondida
Quiero ver tu manantial,
Siempre fresco y translúcido,
Con un canto otoñal
Alguna vez perdido.
En sus poemarios :”Cantares” y “ La vida…romance y sueño”, el Poeta
expresa “….toda la forma de sentir del
ser humano; con un lenguaje sencillo y lleno de una verdad inmensa como lo es
el amor a la vida, a la libertad y mas aún del amor al amor”,
Franklin, con sus versos nos traslada por los senderos del convivir
sigseño, canta al amor, a la esposa, a la mujer, al padre, al amigo, a la
libertad, a la Madre celestial, La
Virgen de Tudul, destaca el anhelo de que su pueblo cambie, por eso en su introducción
al libro “ La vida…romance y sueño” nos dice: ..no pretendo levantarme con el
estandarte de la justicia o libertad, es de comprender que una estrella sola no
alumbra el cielo infinito de mi pueblo; son necesarias muchas más que acojan el
pensamiento sincero y pongan alas a ese grito
preso en la garganta y lo dejen volar … los cuatro puntos cardinales de
nuestro pedazo de patria que está ansioso por caminar hacia adelante”
Para terminar,
con el Dr. David Samaniego: “...todos los pueblos tienen broqueles que modelan
almas para la grandeza; lo que sé a ciencia cierta, es que los sigseños somos
seres privilegiados porque tenemos una rica herencia de variados matices que
hace que los nacidos en este pueblo recostado en las estribaciones de nuestra
cordillera, seamos personas de horizontes amplios, de ambiciones sanas, de
voluntad de acero, de corazón magnánimo; personas dotadas con el don de la fe
en sí mismos, en Dios y en la Patria; seres siempre listos para juntar las manos
y arrimar los hombros en bien de la sociedad...” (D.S.T.) .
Quizá sin la
trascendencia de los mencionados, es nuestra obligación hacer constar en estas
páginas el nombre de sigsseños y sigseñas que dejaron que aflore su vena
literaria y escribieron poesía o relato, durante su vida estudiantil, pero que
nuestra esa facilidad y belleza al escribir, puesto que es un talento que está
ahí en forma recesiva y que esperamos alguna vez se decidan a seguir creando
esos nombres son : Aramita Jiménez, Lupe Salinas Díaz, Nancy Brito B, Frasez.
John Farez, Alicia Samaniego. Guillermo López y otros.
También una
manifestación de la belleza, a través de la palabra, se alcanza en las
publicaciones periódicas de revistas o rotativos, quincenales o mensuales,( no
sin razón existen críticos que ponen al periodismo como un género literario) y
en Sígsig se publicaron varios de estos medios de información, que al ser
escritos con belleza, se ubican en el ámbito literario. Así tenemos, por
ejemplo: la Revista Alcacay, editada en Quito, por un grupo de sigseños
residentes en la capital, que en homenaje (por dos oportunidades) a las
Festividades de cantonización nos hicieron llegar sus ejemplares; la típica
“Revista” que año tras año, la publican los diferentes Clubes que participan en
la Jornadas Deportivas; la revista Alcacay, que con el auspicio de la Vicaría
del Sígsig, la Dirección General del Padre Rafael Cabrera y un Consejo
Editorial integrado por el Dr. José Faicán, Ing. Graciela Quezada, Sra. Martha
Bermeo y Lic. Rómulo Moscoso, nos informaron, enseñaron y deleitaron con su
valioso contenido.
Sin duda que la
sangre sigseña tiene muchos glóbulos literarios y es por esto que esperamos que
las nuevas generaciones continúen con esta hermosa labor que es la de leer y
crear, de plasmar con belleza las emociones, los sentimientos, las tradiciones
y todo lo bello que inspiran nuestros paisajes sigseños, sus mujeres, sus ríos,
sus lagunas,y todo lo sublime que el Señor dio a esta nuestra patria chica.
EL TEATRO IDENTIDAD
SIGSEÑA.-
Hoy el tiempo
va de prisa, la tecnología nos impone nuevos retos, la post modernidad, que no
es más que el síntoma de una pereza mental, unida a lo que se ha dado en llamar
“la cultura light”, esa forma de vida que cae absurdamente en la indefinición e
indeterminación de la persona, ha hecho que nuestra juventud pierda interés por
la producción teatral; la internet, la computadora, más aún la lapto , por su
facilidad de transporte, los CD,s en todas sus formas y usos, el celular, etc.
han alejado a nuestros niños, adolescentes y jóvenes de lo que es lectura,
poesía, dramática. No es posible; o en todo caso, sumamente difícil hacer que
se involucren en el quehacer artístico-literario: que lean, que escriban, que
investiguen y mucho más complicado despertar el interés por “las tablas”.
Y es que acaso
¿el tiempo pasado fue mejor? Posiblemente si, en especial en lo que tiene
relación con la producción teatral. Los sigseños llevamos en nuestras venas
sangre dramática, inclinación al teatro, inspiración para sentirse realizados
cuando estamos interpretando un determinado personaje, sabemos adueñarnos del
“papel” a representar, sabemos vivirlo a plenitud y sobretodo sabemos, como
públicos espectador, valorar, llorar, sentir, decifrar el mensaje y aplaudir de
pie a los actores y sus actuaciones.
Hoy, a pesar de
esa “sangre dramática” que tenemos no se hace teatro, por esto queremos plasmar,
en una constancia escrita, nuestro desempeño en el género dramático. Dejar para
la posteridad y como un estímulo para las nuevas generaciones, una semblanza de
lo que fue para el Sígsig las presentaciones de obras teatrales, sus artistas y
su mensaje.
Sin caer en la
vanidad o el orgullo, nos atrevemos a decir que son muy pocos los cantones que han abierto sus puertas al teatro y,
concretamente en la provincia del Azuay, el cantón Sígsig es el único que tiene
esta predisposición, esto, por aquello que venimos sosteniendo ,que sus hijos
tienen mucho de bohemios, soñadores, lectores, amantes de la cultura .
El teatro y su difusión en Sígsig ,es consecuencia de
la presencia de los sacerdotes salesianos, que se radicaron aquí para iniciar
la evangelización en el sur oriente pero que descubrieron los grandes valores
de este pueblo y sembraron la semilla de las diferentes ciencias y artes.
Según se
conoce, por el año 1912, el salesiano Cayetano Tarruel, al ver la inclinación
artística de los sigseños, formó su primer elenco artístico-teatral con sus
primeros discípulos: Tomás Arévalo, Isaac Reinoso, Samuel Arévalo, Hilario Espinoza, y Rafael
Pesántez Lafebre, entre otros. Para iniciar y estrenar el Teatro Salesiano
(otro desliz imperdonable fue el permitir
que se destruya el local de este símbolo de la sigseñidad) prepararon y
presentaron la obra “Don Frutos en Beltiche”.
Este fue el
inicio de una trayectoria luminosa que se consolidó cuando se formó el “Círculo
don Bosco” halla por el año de 1920 con el sacerdote José Félix González y don
Isaac Reinoso Espinoza dos grandes del arte dramático que, con férrea
disciplina, constancia y sacrificio fueron forjando a los “artistas” que supieron
captar el arte y no defraudar a su director y mucho menos a su público. Los nóveles
actores fueron: Alfonso Pesántez Illescas, Luis Manzano B. Manuel Samaniego M,
Levino Arévalo Vicente Reinoso, Secundino León, Manuel León y Antonio Sarmiento.
Este grupo de sigseños, querendones de su quehacer artístico, con mucho empeño
y entrega prepararon y presentaron varias obras entre las que podemos citar las
siguientes: “Tomás Moro”; “La Patagonia”; “El soldado de San Martín”; “Lo que
no pudo ser”.
Cabe destacar y
relievar que los sigseños, fue un público que valoró el arte dramático, las
funciones tenían siempre un lleno completo y el comportamiento durante el
desarrollo de la pieza dramática fue de mucho respeto y admiración; un silencio
profundo servía como marco de fondo a la función y cuando ésta terminaba no se
hacía esperar la ovación cerrada de un público cariñoso que valoraba la
actuación de sus artistas .
Posterior a don
Isaac Reinoso, se vive en nuestro cantón una especie de letargo teatral, no por
falta de entusiasmo y deseos de actuar sino más bien por la dificultad de
conseguir obras de teatro; pero gracias a Dios, en 1942, llegan a nuestro
querido cantón dos grandes del arte escénico, los sacerdotes Luis Moreno
Echeverría y Alberto Valverde mismo que al tener noticias del Círculo dramático
Don Bosco reinician sus actividades y convocan a un nuevo elenco formado por
jóvenes que llevan sangre de juglar y no se hacen esperar, ellos son: Rafael
León S., Antonio Cabrera, Leoncio Arévalo, Gilberto Villavicencio , Miguel
Ortega, Manuel Bermeo (destacado en los papeles de villano) Luis Ortega, José
León S. Soledad Pesántez, Zoila Luz Sarmiento, Joselino Reinoso, Margarita
Sarmiento, Gonzalo Illescas, Tobias “Tuco” León, Germán y Pedro Morales figuras
cimeras, identidad y progenio del teatro sigseño.
Señalaremos que siendo el
drama, la expresión preferida por el Círculo, este tenía un complemento al
estilo español, pues para distender la emoción sentimental, que tenían muchas
de las representaciones, que provocaba en el público lágrimas de tristeza , se
concluía la velada con un sainete que lograba arrancar la sonrisa y la carcajada
de los asistentes, y para este tipo de actividad, no había persona que supere a
Tobías “Tuco” León y Germán Morales.
Las obras teatrales
representadas en esta época fueron: “Trabajo y honradez”; “Los dos sargentos”,
“Soldado de San Marcial”, “La vuelta del veterano”, “Lázaro el mudo”, “Los dos
jorobados”, “He matado a mi hijo” , “Diablo en frac”, “Secreto fatal”, “Hijo y
padre”. Todas la obras que hemos enumerado, y que fueron puestas en escena,
terminaron la galería salesiana y aquellas conocidas en ese entonces.
“…En el quehacer dramático existe un personaje,
que casi nunca sale a la luz,y a quien se le debe el éxito o fracaso de una
representación; es el apuntador o sugeridor, que tras bastidores sufre los
momentos de la actuación. Curiosamente el Círculo Don Bosco tuvo a un hombre
que los acompañó siempre: don Francisco Morales Pesántez. cuya profesión en el
teatro fue sugerir y sugiriendo se fue al cielo…”
El tiempo transcurrió, los
salesianos se retiraron del Sígsig, muchos “actores” salieron a la ciudad de
Cuenca y el teatro volvió a una nueva etapa de transición y letargo. Pero, como
ya se manifestó en líneas anteriores, tenemos sangre de juglar y lo que se
hereda no se roba ,hizo que entre cuadernos, textos de estudio, deberes y
lecciones un grupo de estudiantes, dirigidos por José Sánchez Z. iniciaran una
nueva etapa en las “tablas” y tomando un nombre significativo “LLactaman”
iniciaran un nuevo ciclo, claro está con nuevas técnicas, y obras pero con la
constante de la disciplina, trabajo y esfuerzo. José Sánchez toma obras de la
narrativa ecuatoriana y adecua un libreto para poder dramatizarlo y se logra
presentar “Boletín y elegía de las mitas”, “Huasipungo”y otras obras de autores
ecuatorianos como “Q.E.P.D.” “Faltas justificadas”, “El cuento de don Mateo”,
“Ataúd de cartón”, “No hay isla feliz”, “Médico
a palos”.
En este nuevo ciclo destacan:
José Sánchez (director y guionista), Pedro Morales destacado actor en
representación de indígenas, Roger Bermeo, Mauricio Pesántez, Soledad Tello,
Carmita Cabrera, y otros.
Un espíritu que nació y creció
en un escenario, no puede someterse a la inactividad teatral y es así como los
jóvenes de LLactaman, ya convertidos en profesionales docentes, inyectan en los
estudiantes del Colegio Nocturno ese gusto por el teatro y se logra montar
algunas obras en donde destacan por ejemplo: Alicia Samaniego, Mercedes
Zhimnaycela, Guillermo Ortega, Carlos Morocho.
Posterior al grupo de teatro
LLactaman, se formaron varios grupos que tuvieron una duración efímera pero que
trataron de llevar en ristre la tradición teatral, en esta parte vale le pena mencionar el esfuerzo y
dedicación que puso Aramita Jiménez, que jamás se conformó con dejar las
“tablas” y hasta el día de hoy hace todos lo posible por rescatar esta
actividad cultural, nosotros nos unimos a esos buenos ideales y deseos y ojalá
podamos ver representada una obrita más de teatro. Es difícil, por lo que ya mencionamos,
la bendita tecnología que tiene cautiva a la juventud, aunque no es imposible y
soñar no cuesta nada.
Esta síntesis teatral no
quedaría completa si es que no hacemos referencia a las “dramatizaciones” que,
por diferentes motivos, generalmente de carácter religioso, fiestas de San
Sebastián o María Auxiliadora; de carácter deportivo: la inauguración de las
Jornadas Deportivas o de carácter social:
carnaval, fiestas de abril, etc. las realiza don Tobías León Salinas acompañado
de nuestra recordada Irma Galarza o de nuestra simpática y ocurrida María
Coronel Cabrera, que con sus imitaciones a personajes o estampas propias de su
talante, son las delicias de la gente que disfruta de sus “locuras” y buen
humor.
Muchas gracias al Lic. Pedro Morales por haberme incluido en esta selecta herencia de la pluma sigseña, en verdad y con la humildad del caso le agradezco porque creo que espacios como éste hacen que nuestro pueblo siga más vivo que nunca. Debo manifestar que en realidad son tres los libros publicados: "Cantares", "La Vida...Romance y sueño" y "Antología de una nostalgia". Estoy trabajando en el cuarto libro y espero que en un par de meses esté listo...Nuevamente gracias por sus comentarios que me ayudan a seguir adelante.
ResponderEliminarFranklin Zhimnay Pulla
Es usted mi estimado Franklin, quien merece las gracia, por su dedicación, su amor a la tierra querida y por permitirnos disfrutar de esa creatividad que llena el alma y los sentidos.
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