La fecha de construcción no se sabe con exactitud, según Guillermo Ortega fue ejecutado aproximadamente en el año de 1883 bajo la dirección del francés Nicolás Venner quien vino a estas tierras para cumplir con faenas de este tipo. (Ortega Guillermo. “Sígsig de la historia a la esperanza” Pág. 185)
El propósito de esta construcción fue para comunicar la carretera que unía el centro poblado, prolongación de la calle Vega Muñoz, el mismo que bajaba hasta el río y pasaba éste, subía a la loma de Narig y seguía hacia San Bartolomé, Dizha, Santa Ana, El Valle y Cuenca.
Para la construcción del puente según cuentan algunos se hacían mingas ya sea para el transporte de la madera, piedra u otros materiales; como es típico la “Fuercita” no se hacía esperar la misma que venía continuamente. Los gritos de euforia que daban valor para levantar esos pesados palos se escuchaban todos los días. Un día cuando se aprestaban a erigir el muro central el cual servía como apoyo del puente, ya en el armado únicamente faltaba el relleno, entonces el ingeniero francés mandó a llamar a un muchacho campesino para sepultarlo pero los mingados dijeron que mejor se traiga a Juan Chico, pero al final se decidieron por Don Pulla el cual estaba ya chumadito, entonces arrojaron hacia abajo del muro a Don Pulla y lo cubrieron de piedra, arena y otras cosas más, el pobre hombrecito aún con vida, gritaba angustiado pidiendo que lo saquen, pero nada se pudo hacer en defensa de aquella sacrificada ofrenda. -Quizá fue enterrado con intensiones mágicas pues así se esperaba que la edificación tenga duración y solidez-.
Se dice que todas las noches a partir de las doce se escucha lamentos y en ocasiones se ve a un campesino parado en el puente esperando que alguien llegue para acompañarle a cruzar. Es Don Pulla dicen algunos, el guardián y centinela del puente que no permite que nada malo le pase a este puente.
El protegió de la terrible crecida del río Santa Bárbara en 1926 el cual llevó todo cuanto encontraba a su pasa solo dejando de pie a este su puente.
Esta es otra historia contada por los abuelos, la misma que nos permite seguir alimentando nuestro patrimonio.
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