“Rostro de Identidad”
El religioso dominicano Fray Domingo de los Ángeles, cuando en
1582 ejercía el curato de almas de los pueblos de San Francisco de Paccha y San
Bartolomé de Arocxapa, expresó por simple analogía de nombres que se llaman
cañares los habitantes de esta región, debido a que en ella abunda el árbol
denominado cañaro. González Suárez, quien
por muchos años estudió detenidamente la cultura kañari, al
realizar una deducción más acorde con las costumbres aborígenes anota:
“Conjeturamos que el apellido de cañari
no pertenece ni a la lengua quechua ni a la aymará, y lo interpretamos como un
vocablo compuesto propio del idioma quiché; en cuyo supuesto, cañari sería lo
mismo que Can-ah-ri, que significa estos son de la culebra… nuestra
interpretación concuerda con las tradiciones de los Quichés, en los cuales a
cada paso ellos se daban a sí mismo el nombre de hijos de la culebra” (Citado
por Víctor Manuel Albornoz, 1948:20).
Octavio Cordero Palacios, refiriéndose al vocablo kañari indica
que es de origen quechua, que solo aparece después de la conquista incaica, y
que significa vanguardia, porque en esta región llegó a quedar al norte o sea a
la vanguardia del imperio del Cuzco…” (En: Monografía del Azuay, Por Luis F.
Mora y Arquímedes Landázuri, 1926).
La cultura kañari es; entre todas las
antiguas naciones indígenas del Ecuador la más estudiada; de un modo u otro algunos
autores han tratado de escudriñar su procedencia y su organización social. Al
respecto Max Uhle, plantea que los kañaris pertenecían a grupos humanos
centro-americanos de origen Maya, quienes habían llegado a esta región mediante
oleadas migratorias tomando la ruta del río Orinoco, ingresando a la Amazonía
para luego, transmontando la cordillera oriental penetrar hacia el austro andino,
actual región cañari. (Uhle, 1922). González Suárez, por su parte sostuvo que
la provincia del Azuay fue poblada antiguamente por tribus diversas, y que al pasar
el tiempo llegaron a formar una sola nación conocida en la historia con el
apelativo de kañari, los mismos que no pertenecen todos a la misma rama étnica
y que su confederación estaba formada por agrupaciones que procedían de troncos
étnicos distintos. “Con el apelativo de cañaris se designa en la prehistoria
ecuatoriana una nacionalidad, y no una raza: los cañaris constituían una
nación, regida y agrupada, mejor dicho, por una alianza federativa; pero no
eran todos oriundos de la misma raza…” (González Suarez, 1904:14).
Se ha pensado por otro lado, que
colonias Chimús han contribuido a la formación de la nación kañari. La
habilidad de los Chimús en el laboreo de las minas, comparada con los
primitivos habitantes de Sígsig, su análoga manera de sepultar a los muertos,
el parecido de la cerámica, la semejanza del artificio en la confección de sus
telas de vestir, y la identidad de la homofonía de algunos nombres de lugares,
han conducido al Dr. Matovelle a este planteamiento; además indica que la
nación de los kañaris se formó por la yuxtaposición de tribus de razas distintas,
idiomas y procedencia; opinando finalmente que el origen de los kañaris es
múltiple, pero dio primacía a la cultura Chimú. (Matovelle, 1921:25).
Se habla, al propio tiempo de que los
Chibchas, pueblos de la meseta de Cundinamarca en Colombia, reverenciadores de
las lagunas como los kañaris, diciéndose de los primeros que, por Barbacoas y
Santo Domingo de los Colorados, se avanzaron para acá del nudo de Tiocajas; y
no deja de insinuarse que aún las culturas o civilizaciones de Tiahuanacu, de
allende el lago de Titicaca, en Bolivia, y de Nazca, en la región peruana de
Ica, han sido halladas en las Comarcas kañaris. El señor Jesús Arriaga da mayores visos de
probabilidad a la venida de los Caribes a esta región; y lo hace fundándose en
la abundante copia de voces, ya Caribes y ya kañaris, todas homófonas o poco
menos, que trae en su libro de Apuntes de Arqueología Cañar: En su
interpretación de la palabra kañari concluye, a que lo lleva también el hecho
de que el punto conocido en Panamá con la denominación de Corte de la Culebra
llámase Sierra Cañara, como se asegura en la Geografía Universal de Vidal de la
Blache. Descomponiendo el vocablo, se tiene que can significa culebra y ara,
guacamaya, precisamente los animales de que, en sus ritos totémicos, se creían
descendientes los kañaris. (Arriaga, 1922).
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