6/17/2014

Sombrero de paja toquilla


“Una forma de vida”
Lo llaman Panamá Hat; pero nació en Ecuador. Para explicar la confusión sobre la procedencia hay que remontarse a finales del siglo XIX, cuando arrancó la construcción del Canal de Panamá. Entonces, se exportaron desde Guayaquil más de 50.000 sombreros para que los obreros se protegieran del sol. La ligereza y frescura que proporcionaba la planta con la que se hacían (una especie de hoja de palma de tallos largos y hojas tiernas) eran perfectas para soportar tantas horas a la intemperie. Es lo que pensó el presidente Roosevelt en la inauguración del Canal en 1914, cuando no dudó en colocarse; y ya no hubo forma de cambiar el nombre. 
El sombrero de paja toquilla tiene una historia que se remonta a la época prehispánica. Con la llegada de los españoles, les hicieron gracia esos curiosos gorros con forma de «alas de murciélago». Así quedó dicho en las crónicas. Hasta que decidieron llamar a la planta de la que salían Carludovica Palmata, en honor a Carlos IV. Sin embargo, en el día a día, el nombre fue otro: «tocas», por los tocados ibéricos. De ahí, lo de paja toquilla, como insistimos los ecuatorianos.
Ahora bien, una de las inquietudes que tenemos es ¿desde cuándo se empezó a tejer el sombrero de paja toquilla en Sígsig? Presumimos que esta actividad debió iniciar a principios del siglo XIX, sin embargo, el dato que disponemos es que, para 1864, el 12,9 % de la población activa masculina y el 6,4 % de la femenina se ocupaba en tejer sombrero. Con el transcurso del tiempo, a finales del siglo XIX e inicios del XX esta actividad experimentó una expansión sin precedentes, producto de la crisis agrícola que sufrió la provincia del Azuay, originada por la prolongada sequía y por el auge que tuvo el sombrero por la apertura del canal de Panamá.   
El Gobernador de la Provincia del Azuay para la primera década del siglo XX nos presenta el siguiente cuadro con respecto a los artesanos toquilleros en los cantones de la provincia.
Cantón
Hombres
Mujeres
Total
Gualaceo
70
26
96
Paute
13
5
18
Cuenca y sus alrededores
620
860
1480
Sígsig
730
640
1370






Un dato curios de acuerdo a este cuadro: la mayor parte de la fuerza obrera en el tejido de paja toquilla era masculina, en el caso de Sígsig, representada por 730 hombres, frente a 640 mujeres.
La producción y exportación del sombrero tuvo peso significativo hasta la mitad del siglo XX; producto de la crisis que originó la segunda guerra mundial cayó la economía, provocando una ola migratoria temporal o definitiva a la Costa especialmente El Oro y Guayas; y al Oriente por lo general Gualaquiza, Chigüinda y Zamora; incorporándose como trabajadores agrícolas en la Costa y mineros en el Oriente. Posteriormente las siguientes décadas estarán marcados por los cambios de la reforma agraria y la apertura de nuevas rutas migratorias al Oriente impulsadas por los planes de colonización que generaron los gobiernos y sobre todo por la migración fuera del Ecuador.
En consecuencia, fueron las mujeres quienes se hicieron cargo del hogar y siguieron con la elaboración del sombrero, cuando los quehaceres domésticos, o las faenas agrícolas dejaban las manos libres, permitiendo de esta manera, tener un ingreso para la subsistencia de la economía familiar y local. 
En la actualidad es normal ver por las calles del cantón mujeres tejiendo el tradicional sombrero de paja toquilla, porque ése es su nombre real. Y con el que entró, en 2012, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco por su elaboración manual transmitida de generación en generación. Una «justicia histórica».



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