“Una forma de vida”
Lo llaman Panamá Hat; pero nació en Ecuador. Para
explicar la confusión sobre la procedencia hay que remontarse a finales del siglo XIX, cuando arrancó la
construcción del Canal de Panamá. Entonces, se exportaron desde Guayaquil más
de 50.000 sombreros para que los obreros se protegieran del sol. La ligereza y
frescura que proporcionaba la planta con la que se hacían (una especie de hoja
de palma de tallos largos y hojas tiernas) eran perfectas para soportar tantas
horas a la intemperie. Es lo que pensó el presidente Roosevelt en la
inauguración del Canal en 1914, cuando no dudó en colocarse; y ya no hubo forma
de cambiar el nombre.
El
sombrero de paja toquilla tiene una historia que se remonta a la época prehispánica. Con la llegada de los españoles, les hicieron gracia
esos curiosos gorros con forma de «alas
de murciélago». Así quedó dicho en las crónicas. Hasta que decidieron
llamar a la planta de la que salían Carludovica
Palmata, en honor a Carlos IV. Sin embargo, en el día a día, el nombre
fue otro: «tocas», por los tocados
ibéricos. De ahí, lo de paja toquilla, como insistimos los ecuatorianos.
Ahora bien, una de las inquietudes que
tenemos es ¿desde cuándo se empezó a tejer el sombrero de paja toquilla en
Sígsig? Presumimos que esta actividad debió iniciar a principios del siglo XIX,
sin embargo, el dato que disponemos es que, para 1864, el 12,9 % de la
población activa masculina y el 6,4 % de la femenina se ocupaba en tejer sombrero.
Con el transcurso del tiempo, a finales del siglo XIX e inicios del XX esta
actividad experimentó una expansión sin precedentes, producto de la crisis
agrícola que sufrió la provincia del Azuay, originada por la prolongada sequía
y por el auge que tuvo el sombrero por la apertura del canal de Panamá.
El Gobernador de la Provincia del Azuay para
la primera década del siglo XX nos presenta el siguiente cuadro con respecto a
los artesanos toquilleros en los cantones de la provincia.
Cantón
|
Hombres
|
Mujeres
|
Total
|
Gualaceo
|
70
|
26
|
96
|
Paute
|
13
|
5
|
18
|
Cuenca y sus alrededores
|
620
|
860
|
1480
|
Sígsig
|
730
|
640
|
1370
|
Un dato curios de acuerdo a este cuadro: la mayor parte de la
fuerza obrera en el tejido de paja toquilla era masculina, en el caso de Sígsig,
representada por 730 hombres, frente a 640 mujeres.
La producción y exportación del sombrero tuvo peso
significativo hasta la mitad del siglo XX; producto de la crisis que originó la
segunda guerra mundial cayó la economía, provocando una ola migratoria temporal
o definitiva a la Costa especialmente El Oro y Guayas; y al Oriente por lo
general Gualaquiza, Chigüinda y Zamora; incorporándose como trabajadores
agrícolas en la Costa y mineros en el Oriente. Posteriormente las siguientes décadas
estarán marcados por los cambios de la reforma agraria y la apertura de nuevas
rutas migratorias al Oriente impulsadas por los planes de colonización que
generaron los gobiernos y sobre todo por la migración fuera del Ecuador.
En consecuencia, fueron las mujeres quienes se hicieron cargo
del hogar y siguieron con la elaboración del sombrero, cuando los quehaceres
domésticos, o las faenas agrícolas dejaban las manos libres, permitiendo de
esta manera, tener un ingreso para la subsistencia de la economía familiar y
local.
En la actualidad es normal ver por las
calles del cantón mujeres tejiendo el tradicional sombrero de paja toquilla, porque ése es su nombre real. Y con el que
entró, en 2012, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco por
su elaboración manual transmitida de generación en generación. Una «justicia histórica».
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